La apuesta de los inversores por la construcción de hoteles en València, en especial, en Ciutat Vella se ha visto traducida en un aumento exponencial de los permisos de excavaciones arqueológicas.
Según los datos recabados por el Servicio Municipal de Arqueología (SIAM) del Ayuntamiento de València, en 2015 se tramitaron 50 permisos arqueológicos, cantidad que se duplicó al año siguiente, cuando la reconversión de edificios históricos y palacetes abandonados en hoteles «boutique» empezaba a coger velocidad.
El número de permisos de excavaciones no ha parado de aumentar, y el año pasado alcanzó una cifra récord de 139.
Los arqueólogos confirman el repunte de la actividad arqueológica vinculada al «boom hotelero». La mayoría de los permisos arqueológicos, que concede la Conselleria de Cultura y que supervisa el Ayuntamiento de València, están relacionados con la construcción de nuevos hoteles que aprovechan antiguos palacios.
La moratoria, no obstante, se levantará previsiblemente el mes próximo cuando el pleno del ayuntamiento apruebe el plan especial de Ciutat Vella con el que se intentará, entre otras cosas, poner límites a los alojamientos turísticos que han puesto en pie de guerra a los vecinos de Ciutat Vella y Russafa.
Entre las más destacadas que se han llevado a cabo, están la de la calle Exarchs, junto a los Santos Juanes y el Mercado Central, donde el conjunto de palacios que da nombre a la calle se reconvertirán en hotel y en cuyo entorno ya se han realizado excavaciones arqueológicas, en las que se han localizado restos de edificaciones de época árabe.
También se llevó a cabo una excavación arqueológica en el palacio de Vallier, en la plaza de Manises, a pocos metros de la plaza de la Reina, en un edificio que hasta hace unos años ocupaba la Diputación provincial y que ahora se reconvertirá en hotel boutique de la mano de MyR Hotels.
En la plaza de Manises se localizó una perfumería de época romana y enterramientos islámicos. También se ha llevado a cabo una excavación arqueológica en la calle Santo Cáliz, junto al Micalet, en otro edificio que se reconvertirá en hotel.
Las obras de rehabilitación que tiene en marcha la Generalitat en varias de sus antiguas sedes, como la de la calle Micalet y el Palacio del Almirante llevan aparejadas igualmente excavaciones arqueológicas. Como la que ha realizado el Ciclo Integral del Agua, a través de Aguas de València, en la marginal derecha del Jardín del Túria, junto al Temple, donde han aparecido importantes restos arqueológicos de las puertas de la muralla árabe y cristiana. Las obras del aparcamiento de Brujas retomadas por el Ayuntamiento de València también llevará aparejada la intervención de los arqueólogos.
La crisis económica dio al traste con numerosas empresas de arqueología que tuvieron que cerrar ante la falta de actividad promotora y de obra pública. La arqueología vive un repunte y en la actualidad es difícil encontrar profesionales disponibles, apuntan fuentes del sector. Los profesionales, no obstante, llaman a la cautela para evitar pérdidas de patrimonio como ocurrió en el anterior «boom inmobiliario».
En el centro histórico, en barrios como la Seu, había cientos de palacios medievales que están sin catalogar y que han quedado ocultos por construcciones más modernas y cuyas estructuras aparecen ahora durante las obras de restauración de los palacios. Muchos son edificios emblemáticos que no deben perderse, advierten.
En los cuatro primeros meses del año se han tramitado 25 permisos. Todo pese a la moratoria en las licencias de hoteles y apartamentos turísticos que ha impuesto el Ayuntamiento de València. La suspensión cautelar de las licencias para hoteles y alojamientos turísticos se aprobó el pasado mes de febrero ante el elevado número de licencias (casi 60) que estaban sobre la mesa del concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià.
