El Ayuntamiento de València requirió el pasado 30 de mayo a los propietarios de dos inmuebles situados en la calle Francisco Falcons, en el barrio de Natzaret, para que derribaran las casas declaradas en ruina. Las construcciones se encuentran con los techos caídos y anteriormente habían sido ocupadas por familias vulnerables.

Tras una inspección municipal, los técnicos considearon que las viviendas se encuentran en situación de ruina inminente, por lo que el servicio de Disciplina Urbanística dio un plazo de 72 horas para que los dueños procedieran a la demolición de las casas por el peligro que representan su permanencia en pie.

Sin embargo, y como pudo comprobar Levante-EMV, los dos inmuebles siguen en pie. El Ayuntamiento, en la misma orden de derribo, advertía a los propietarios que de no proceder con la demolición controlada de las casas, informaría a los servicios jurídicos para que estimaran si se formula una denuncian por el delito de riesgo, establecido en el Código Penal.

Cuando los propietarios no actúan ante el mandato, el Ayuntamiento suele actuar de oficio, por lo que en una semanas, y tras las preceptivas comunicaciones a los dueños, se procederá a su derribo, pasándole las costas de los trabajos a los titulares de los inmuebles