La Asociación de Comerciantes del Centro Histórico lamentó ayer este nuevo cierre de un establecimiento tradicional, y lo ciñe a una dinámica de «goteo incesante» de clausuras de negocios históricos, aunque no consideran que la situación sea «alarmante». «Tras estabilizarse la cuestión de los alquileres, los cierres que se producen son un poco por evolución e inercia del comercio. Lo triste es ver que el centro está pendiendo su personalidad con tanta franquicia», se lamentaba Julia Martínez, gerente de la entidad.