El proyecto de ampliación de la V-21 (carretera de Barcelona) entre el Carraixet y la entrada a la ciudad por la avenida de Cataluña, parece imparable, también con el nuevo Gobierno socialista. El Ministerio de Fomento ha hecho pública la formalización del contrato de obras con la firma Obrascón Huarte Lain, S. A., por un importe de 16 millones de euros, lo que significa que los trabajos podrían comenzar este mismo verano.
La ampliación de la V-21 ha sido uno de los proyectos, el principal quizá, al que el Govern de la Nau le ha puesto objeciones, concretamente por destruir 80.000 metros cuadrados de huerta. No obstante, la mayor o menor contundencia de esa petición ha provocado discrepancias en los tres socios de gobierno. El alcalde Joan Ribó propuso un plan alternativo que mantenía la ampliación y reducía hasta un 6 0% la afectación a la huerta, pero València en Comú discrepó de esa postura conciliadora y se mantuvo en su posición de paralizar la obra por completo. Y al final quien fue a negociar a Madrid fue el concejal Vicent Sarrià, del grupo socialista, que eran los que menos interés tenían en esa demanda de paralización del proyecto.
En esas circunstancias, el Ministerio de Fomento, entonces en manos del Partido Popular, se negó a atender las peticiones de València. Y ahora que están los socialistas en el poder, el plan continúa sin alteraciones.
Ya se ha firmado el contrato con la empresa adjudicataria y los trabajos pueden comenzar en cualquier momento tal como estaban previstos desde el principio.
Ayer, el diputado de Esquerra Unida en el Congreso, Ricardo Sixto, exigió al nuevo titular de Fomento, el valenciano José Luis Ábalos, que los cambios no se queden solo en las personas. «Además de cambiar al titular del Ministerio de Fomento también se tienen que transformar las sedes políticas, porque el hecho de que en la toma de posesión de Ábalos hubieran constructores como Villar Mir o Florentino Pérez nos da que pensar que no se producirán cambios muy pronto», dijo Sixto.
Por eso, desde EUPV, además de la cuestión de la falta de inversiones en infraestructuras en el territorio valenciano, «volvemos a denunciar que muchas de las que ya están en marcha son muy cuestionadas por su impacto medioambiental como el acceso por la V-21 a la ciudad de València donde su ampliación comporta el riesgo de la desaparición de 80.000 metros de huerta».
