El barrio de Natzaret se llevó un buen sobresalto ayer por la mañana cuando sobre las 11.00 horas se produjo un incendio en una vivienda situada en la calle Francisco Falcons. La gran cantidad de humo obligó a desalojar el CEIP Juan Manuel Montoya que se ubica en el Camí Punta al Mar, a 60 metros de donde se originó el fuego, por recomendación de la Policía Local y el Cuerpo de Bomberos municipal.

Alrededor de 140 niños y niñas de entre 3 a 12 años de edad tuvieron que dejar de lado su horario de clases a causa del incendio. «Fue un susto principalmente para los maestros, pero los niños no se han enterado porque el plan de evacuación ha salido muy bien y en menos de tres minutos estaban fuera del colegio», explicó Amparo Ferrer, directora del centro.

La cercanía del incendio y la toxicidad del humo provocó que se suspendieran las clases por la tarde, aunque tal como informó la directora del Juan Manuel Montoya hoy se retomará la jornada escolar.

Hasta el lugar del incidente, los bomberos -que recibieron el aviso a las 11.08 horas- desplazaron inicialmente las dotaciones del Parque Sud, una bomba urbana pesada y una ambulancia. Sin embargo, cuando llegaron y ante la gravedad de las llamas «solicitamos refuerzos para que vinieran los efectivos del Parque Norte y dos nodrizas», indicó Hèctor Rus, inspector de guardia de los Bombers del Ayuntamiento. Los trabajos continuaron por la tarde con labores de refresco.

Ola de solidaridad vecinal

El incendio, que no registró heridos, se originó en una casa prefabricada donde el inquilino, Fred, almacenaba cartones y objetos para, posteriormente, venderlos. El afectado se había ido a Massanassa a distribuir parte de ese material cuando lo llamaron para avisarle de que su casa «se estaba quemando», tal como explicó a Levante-EMV él mismo mientras observaba las tareas de extinción de las llamas.

El hombre insistió una y otra vez en que dejó el butano apagado al salir de casa. Varios vecinos apuntaron la posibilidad de que alguien haya prendido fuego a la casa prefabricada, una idea que Fred no descartó. A lo largo de la tarde se desconocía el origen del incendio, según informaron desde el departamento de Bomberos.

El inquilino de la vivienda siniestrada, que es extranjero aunque lleva más de 20 años residiendo en Nazaret de València, levantó una ola de solidaridad entre los vecinos; muchos de ellos le ofrecieron apoyo y casa, puesto que el incendio le dejó en la calle. No obstante, Fred rechazó esa ayuda y aseguró que iría a dormir «a un garaje» ubicado en el barrio. Según apuntaron fuentes policiales, el inquilino ocupaba el local pero no era propietario del mismo.