Las preselecciones a fallera mayor de València y corte de honor finalizarán el 22 de julio con uno de los actos más curiosos que se recuerdan en la historia de este proceso electivo. Cinco falleras optarán a tres puestos, en lo que se puede considerar la elección más al alcance de la mano que jamás haya disfrutado una aspirante a ocupar el trono de la fiesta, aunque también cuestiona, tal como sucedió en el pasado pleno de la Junta Central Fallera, la proporcionalidad del proceso.

Las protagonistas lo son en el sector de Campanar. Al estar formado por 16 comisiones, tiene derecho a tres puestos en la final de la Fonteta. Pero las teóricas 16 candidatas se han quedado en cinco. Primero, porque seis comisiones no han tenido fallera mayor este año: Vall de Laguar, Av. Burjassot-Carretera de Paterna, Padre doménech-Pío XII, Hernández Lázaro-Valle de la Ballestera, Maestro Rodrigo-General Avilés y La Vall d'Albaida-La Canal de Navarrés. Y de las diez que sí que tuvieron fallera mayor, cinco de ellas han renunciado voluntariamente a participar por motivos personales. Las de l'Antiga de Campanar, Manuel de Falla-Tamarindos, Escultor García Más-Puerto de Santa María, Sierra Martes-Miguel Servet y Horta Sud-La Costera.

Estas once comisiones tenían la prerrogativa de presentar a cualquiera de sus falleras censadas. Pero ninguna lo ha hecho. La consecuencia, definitivamente, es que el juego estará entre las falleras de Conchita Piquer-Monestir de Poblet (Natalia Bermúdez), Av. Burjassot-Joaquín Ballester (Cristina Mata), Av. Campanar-Hipólito Rovira (Lorena Hernández), Maestro Arambul Sanz (María Gómez) y Castielfabib-Marqués de San Juan (Esther Bolufer).

La explicación no parece responder más que a una secuencia de casualidades, unido a una dinámica sorprendente en los últimos años. Campanar no es un sector con problemas de censo. Prácticamente todas rebasan con mucha holgura el centenar de falleros. Y tampoco son barrios de población envejecida, falleras mayores de edad avanzada (como es más frecuente, por ejemplo, en sectores de Ciutat Vella). Pero ya en el pasado ejercicio el número de aspirantes fue sorprendentemente bajo: ocho. Por contra, en la preselección infantil hay una normalidad mayor, con doce candidatas en juego.

La consecuencia es que, esa noche, se dará una situación incómoda: en el escenario quedarán tres elegidas y debajo, tan sólo dos. En un sector, además, que tiene el sistema de elección más escrupuloso, con un jurado formado por falleros de Benicalap (el sector con el que comparte Agrupación) y con los que celebran una jornada de convivencia la víspera.

El sistema aprobado por los presidentes de falla permite estas situaciones, después de que, años atrás, el cupo de dos o tres candidatas por sector dependiera no del número de participantes, sino de comisiones que lo integran.