Los expertos están preparados ante la avalancha de preguntas que se formulan cuando aparece algo nuevo en el horizonte. Y en el del mar aparecieron «carabelas portuguesas» que, aunque sí que son más frecuentes en las costas de Alicante, no suelen remontar más allá del Cabo de San Antonio. Pero aquí están: Tavernes, Cullera (ayer se avistaron dos en sus playas: en el Mareny Blau y en l'Escollera) y València. «Las corrientes desde el mar de Alborán se dirigen hacia el norte, pero a la altura de ese cabo giran mar adentro. Por eso también se ven en las islas Baleares. Pero no es frecuente que algunos ejemplares hayan llegado a las playas de València», aseguraba ayer Miguel Candelas, biólogo de l'Oceanogràfic experto en medusas. Que aunque la carabela portuguesa no lo sea, sí que se comporta como ellas: la arrastran las corrientes y pica.

Lo infrecuente que es y la fama que tiene de tener una especial peligrosidad también ha desatado la psicosis de falsas alarmas. Todo lo que se ve flotando ahora es una carabela portuguesa. La cuestión es: ¿hasta cuándo serán un peligro? Candelas cree que tienen fecha de caducidad por un ejercicio de lógica y sol. «Han llegado por una situación inusual de tormentas y corrientes y, precisamente por ello, porque la temperatura del agua está por debajo de lo previsible a estas alturas de año. En cuanto apriete el calor, terminarán de desaparecer. Pero eso no quiere decir que en los próximos días no siga habiendo un goteo de avistamientos».

La llegada de una ola de Poniente será una molestia para el ciudadano, pero una ayuda para liberarse de estas especies, que tienden a morir y «acaban desapareciendo desintegrándose. Prácticamente todo su cuerpo es agua». Claro que, entonces, con la llegada del calor, sí que harán acto de presencia las medusas de toda la vida, con lo que las alertas serán diferentes.

¿La peligrosidad de la carabela portuguesa es verdad o mito? Porque se habla de ella como de una especie que puede ser mortal. «También pueden ser mortales las abejas y no las consideramos como tal. Depende mucho de a quien ataque. No es lo mismo un niño o un anciano que una persona adulta. También puede depender de la reacción o la sensibilidad de una persona a la picadura y sus sustancias. Lo que hay que hacer es «no perderle nunca el respeto». Esto incluye no tocarlas. A pesar de que, lo que ha aparecido en las arenas valencianas, son trozos muertos. «Por ejemplo, lo que hemos visto en algunas de las fotos son la parte de la especie que ejerce de flotador (se trata de un ser formado por diferentes seres, cada uno de los cuales se encarga de una función: flotar, reproducirse, capturar presas, digerirlas...). Esa parte no tiene poder urticante, pero puede tener un tentáculo o un resto de tentáculo adherido y entonces llevarnos un disgusto».

Las alertas continuarán durante los próximos días a la espera de que, con esa anunciada llegada del calor, y sobre todo ante la falta de avistamientos, la Physalia physalis acabe siendo un recuerdo desagradable que obligó a cerrar playas en algunos momentos.

Ayer, Ciudadanos (Cs) en el ayuntamiento exigió al gobierno municipal un protocolo contra esta especie a través de su concejala María Dolores Jiménez, quien manifestó su preocupación y reclamó que «se diseñe e implante un plan específico para combatirla, identificarla y manipularla».