Los estudiantes de arquitectura de la Universidad Europea, así como de otras distribuidas por toda España, nunca olvidarán las 24 horas que pasaron en el Centre del Carme elaborando ideas, haciendo bocetos, discutiendo propuestas y colaborando estrechamente para confeccionar un proyecto de urbanismo y arquitectura para la plaza del Ayuntamiento de València. El resultado del concurso Architecton no es vinculante, pero podría perfectamente serlo porque de estas mentes privilegiadas salieron ideas realmente útiles y aplicables para mejorar una plaza que, como decía uno de los participantes, el estudiante valenciano Borja Martos, «no está resuelta. No solo con una peatonalización se soluciona el problema, ni es cuestión de colocar cuatro arbolitos y banquitos. Sino que hay que ir más allá». Su equipo fue uno de los primeros en exponer y quedó en segundo lugar con el proyecto «24h. en el teatro», del que también formaban parte Edgar López y Pablo Navarro.

Por delante de ellos, y por tanto, en primer lugar, quedó el trabajo llamado «Redconexión» integrado por Teresa Balibrea, Miguel Morillas, Alejandro Moreno e Ismael Zazo. Ellos plantearon una propuesta bastante multifuncional donde el jurado valoró «su análisis urbanístico y su diagnóstico espacial, valorándose la versatilidad de la idea y su exposición general».

La noche había sido «larga e intensa y cargada de momentos de subidón y de bajón», como confesaba la directora de la escuela arquitectura de la Universidad Europea, Inés García. Pero el esfuerzo mereció la pena y quedó patente que uniendo esfuerzos y poniendo entrega e ilusión se pueden hacer grandes cosas en un periodo relativamente corto de tiempo. Ella ponía en valor que estos proyectos, pese a no ser vinculantes, «son un modo de despertar y activar el pensamiento colectivo de la ciudad». Y añadía que «este tipo de iniciativas son necesarias para hacernos repensar a los demás a través de sus propuestas».

Trabajo e ilusión

Entre los alumnos, había nervios al inicio, pero también ilusión por mostrar de lo que son capaces. Así, la valenciana Olga Botella explicaba que esto «te da presión porque quieres hacerlo bien, quieres dejar bien a la universidad». E incidía en que «hacen falta más proyectos así porque es una forma de conocer gente, y ver otro tipo de trabajos, porque al final todos tendremos que trabajar en grupo y esto nos ayuda mucho».

Entre los miembros del jurado se encontraba el concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, quien explicó que «todas las propuestas eran muy creativas e innovadoras. Lo que se ha valorado de la ganadora ha sido su versatilidad y el tener en cuenta todos los posibles usos que se pueden dar en la plaza y aportar soluciones adaptables a estas necesidades», indicaba.