El Puerto de València y la Generalitat trabajarán de manera conjunta en definir el modelo de cruceros que quieren para València y su entorno más inmediato.

El traslado de la nueva terminal de pasajeros del Puerto de València a los terrenos de Unión Naval de Levante, a una emplazamiento más cercano a la ciudad, y las reticencias del gobierno municipal a esta nueva terminal por los problemas de movilidad y molestias que puede llevar aparejada la llegada de más cruceristas han obligado a la Autoridad Portuaria de València y a la Generalitat a revisar el modelo de turismo de cruceros.

El puerto asegura que no quiere ser Barcelona, con dos millones de cruceristas al año y problemas de saturación en la ciudad y se inclina por un modelo que deje más riqueza en la ciudad.

El alcalde, Joan Ribó, volvió a insistir en la comisión de asesoramiento Puerto-Ciudad celebrada ayer en que la terminal de cruceros debe ir acompañada de un plan de movilidad y garantizar que no llevará más molestias a los barrios cercanos. En la comisión se dio cuenta del informe patrimonial de los astilleros de Unión Naval que se protegerán en parte.