El Museo Militar de València ha dedicado una sala completa de sus instalaciones a la riada del 57, o mejor dicho, al enorme trabajo que los militares hicieron en aquellas trágicas fechas para aliviar el sufrimiento de miles de valencianos. La muestra lleva por título «La batalla contra el barro» y es completamente gratuita para el público. Complementa, además, otras dos muestras sobre esta misma efeméride organizadas por el MuVim y el Museo de la ciudad.

«Hace más de 60 años -recuerdan los organizadores del Museo Militar- una gran riada arrasó València, con cientos de víctimas y la ciudad colapsada por el barro. Más de 3.000 militares trabajaron sin descanso, durante casi dos meses, para socorrer a las víctimas y para hacer que la ciudad fuera habitable de nuevo».

Pues bien, esa gran gesta queda reflejada en «La Batalla contra el Barro», una muestra que recuerda aquellos días «para que pueda ser conocida esta parte de la historia de la ciudad por los ciudadanos de València que no la vivieron».

Diseñada por el pintor Francisco Santana, la exposición es una retrospectiva muy visual de lo que fue aquella València devastada. Se abrió al público ayer, día día 3 de julio, coincidiendo en el tiempo con las exposiciones temporales en el MuVIM («Aigua, fang i silencis») y el Museo de la Ciudad («La vulnerabilitat del Patrimoni»), dedicadas también a recordar esta inundación.

El acceso será libre y gratuito y se puede acceder a este evento por la calle General Gil Dolz, número 6.

Colaboración institucional

A la inauguración celebrada ayer asistieron el delegado de Defensa, el comandante militar de València, el comandante naval de València, así como el director del MuVim y los directores del Archivo Militar y del Museo Militar, que también participan en la exposición del MuVim sobre la riada del 57, de la que asistió uno de sus comisarios, catedrático de la Universidad Politécnica de València.

La riada tuvo lugar el 15 de octubre de 1957 después de unas intensas lluvias en toda la cuenca del Turia y dos oleadas de agua que inundaron toda la ciudad, sobre todo la parte de Ciutat Vella, pero también la otra margen del río, donde se alcanzaron, precisamente, alturas superiores a los 4 metros. El barro lo cubrió todo.