La Fundación Oceanogràfic y Aguas de Valencia presentaron ayer en el acuario la Botella Closca, un recipiente de vidrio de borosilicato -el más caro y fuerte que hay- que se vende por 40 euros y con el objetivo de «respetar el medio ambiente y fomentar el reciclaje porque solo se recicla el 19% de las botellas», afirmó Carlos Ferrando, impulsor del proyecto Closca, quien también inventó un casco de bicicleta que se pliega.

«Las botellas de plástico solo se reciclan el 19% y nos planteamos utilizar la botella como accesorio que ayude a expresar quién eres. Los relojes pasaron del bolsillo a la muñeca y, por ello, esta botella se puede llevar ajustada en la mochila, bolso, bici o maleta» aseguró Ferrando. El creador de la Botella Closca manifestó que «en España se ha perdido el hábito de ir a beber a la fuente y desde nuestra empresa también hemos creado Closca Water, una aplicación móvil para obtener la localización de fuentes cercanas», concluyó Ferrando. Empresas como El Corte Inglés, la cadena de tiendas Bloomingdale's o Moleskin se han interesado para vender el recipiente. En la presentación también intervinieron el director del Oceanogràfic, Eduardo Nogués; la presidenta de la Fundación Oceanogràfic, Celia Calabuig; y el consejero delegado de Global Omnium, Dionisio García.