La Gola del Perellonet, El cabet de les Bovetes, El Entraor dels Rogets, La Junquereta y así hasta 50 nombres de "Redolins" que ayer se sortearon, como cada segundo domingo de julio en esta tradición centenaria que arraiga a los pescadores y pescadoras de El Palmar con sus orígenes.

Este año el sorteo venía marcado por varios aspectos. Uno de ellos son los riesgos que acechan a la Albufera y, consecuentemente, a su pesca, y donde la subida de la salinidad del agua es uno de los principales factores que hay que acometer.

Así lo dejó patente la secretaria de la Asociación de Pescadores de El Palmar, Amparo Alexandre, en su discurso inicial, quien puso de manifiesto, aprovechando también la presencia de autoridades como la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, o la concejala de Agricultura de València, Consol Castillo, la necesidad «urgente» de articular un plan general y ambicioso entre Administraciones para salvar la Albufera, garantizar su supervivencia y su correcto estado de salud.

A esta llamada, Consol Castillo respondía, en declaraciones a Levante-EMV, indicando que «se ha roto la dinámica de no colaboración entre Administraciones. Hemos empezado a colaborar y a desarrollar algunos proyectos».

Matizaba que, pasado este primer mandato, hemos tomado consciencia de las cosas que hay que hacer y será en el siguiente cuando podremos abordar este tipo de proyectos de más envergadura que suponen una colaboración también con la Generalitat, con El Palmar, con el resto de cofradías de la Albufera y con otras administraciones», aseveró.

El sorteo transcurrió con total normalidad. Los pescadores, papel en mano, marcaban al inicio sus puestos de pesca favoritos, pero a medida que su nombre se iba retrasando en el sorteo tenían que ir cambiando sus preferencias. Eso le pasó, por ejemplo, al presidente de la Cofradía, José Caballer, que salió casi el último.

Fue uno de los momentos emocionantes, al igual que cuando le tocó decir su puesto a cada una de las tres mujeres que pescarán este año, las hermanas Empar y Elena Marco, así como Silvia Quilis. Sí, porque este año hará diez años que pueden participar de pleno derecho.

El otro punto candente en el ambiente era la noticia, avanzada el sábado por este periódico, de que el Ayuntamiento comprará la propiedad privada conocida como la trilladora del Palmar para reabrir el embarcadero. Los asistentes al acto lo veían con satisfacción. Así, Carmen Serrano indicaba que «si el ayuntamiento lo compra estará muy bien y si adquiere todo el edificio -tal como es su intención- será un centro cultural ideal.