Para cuando nació, la cantante Sheila ya había quemado las discotecas con sus Siete días solitarios, poniendo de moda ese nombre. «¿Por qué me llamaron así? No sé el motivo. Sé que a mi padre le gustaba mucho, había dos nombres a elegir y fue ese». Pero Sheyla, con "y griega". Y ahora, a la espera de estrenarse en el índice onomástico de la corte, aunque con la particularidad de que a ella... «nunca me han felicitado por mi santo». Sheyla trabaja en una papelería, detrás justo del ayuntamiento, y en septiembre «quiero iniciar un curso de indumentaria tradicional. Me encanta y sé que se me da bien. No había cosido más que por mi cuenta y me he dado cuenta que me gusta y me dicen que tengo mano. Que si hay que hacer el floc a mi prima... pues se hace. Y son cosas con mucha responsabilidad. Que si me he tenido que retocar el corpiño... lo que digo, sé que se me da bien, pero necesito aprender».

De Espartero-Maestro Plasencia, un pequeño barrio que ha quedado aislado del resto de Burjassot por la autovía de Ademuz, pero con una comisión muy potente. «Soy del barrio de toda la vida. Vivo en Benimàmet, pero a seis minutos de la falla. Todo me es muy cercano. Fui fallera de pequeñita, luego en casa se borraron, pero yo sabía que tenía que volver a ser cuando pudiera serlo por mis propios medios y ahí llevo desde hace trece años». Por eso «tenía pendiente ser fallera mayor. Lo esperaba desde niña, pero esperaba las condiciones adecuadas para disfrutarlo como tocaba. Con un trabajo compaginable, poder ir a todos los actos, podermelo permitir...» Y un añadido: «que mi hija ya es toda una mujercita. Con 13 años es una preadolesente y madura. Me ayuda a vestirme y todo». No le asusta ni considera que sea lastre alguno. «Porque no he tenido ningún problema durante todo el año, porque las dos familias están implicadas, porque ella ya no es ningún bebé». Tras la primera casada, la primera treinteañera...¿por qué no la primera madre? «Si estoy aquí sé que es porque es posible». Forma parte del grupo de más de 30 años, ahora en boga. «Sigues siendo joven y te aporta responsabilidad. Sé que con 22 años podría haber tenido más posibilidades de cara a un jurado. Pero sé que no lo habría disfrutado igual».

Día 2 de marzo de 2018. En el turno de visitas al balcón de comisiones de falla le toca a Espartero-Maestro Plasencia. Sheyla acude y se lleva un selfi de recuerdo con Rocío Gil, quien fue fallera de esta comisión hasta unos años antes. «Claro que la conozco y hemos pasado muchos años juntas en la falla. Ella es cinco años más joven que yo y no era exactamente de mi grupo, pero en fallas claro que hemos compartido mucho». También tiene relación con la última cortesana de Espartero. Rosa Barrachina, los "ojos de la corte" en 2006. «Tengo muchísima relación. Acaba de ser mamá. He tenido a su padre en la junta gestora, me mandó un mensaje dándome la enhorabuena...».