La concejalía de Movilidad Sostenible que el pasado mes de mayo adjudicó a la empresa Edifesa las obras de finalización del aparcamiento de la plaza Ciudad de Brujas con un plazo de ejecución de cinco meses y un presupuesto de 3,1 millones de euros mantiene el objetivo de poner en servicio las instalaciones a finales de año. Este es uno de los compromisos con los comerciantes de Ciutat Vella y, especialmente, con los vendedores del Mercado Central. Las obras del aparcamiento se retomaron, tras meses de negociación con la Conselleria de Infraestuctura, el pasado mes de mayo, aunque inicialmente estaba previsto que arrancasen en marzo, pero los problemas con la contratación, las bajas temerarias y los recursos alargaron más de lo previsto los plazos.
Las fuentes de la Concejalía de Movilidad, responsable de las obras, apuntaron ayer que la aparición de restos arqueológicos de época romana y visigoda estaba prevista dados los antecedentes históricos que se tienen de la zona. El coste en terminos de tiempo de la arqueología estaba por tanto incluido en el contrato.
Los enterramientos de época romana vinculados a la necrópolis de la Boatella que han aparecido durante las obras de perforación de la rampa de acceso al aparcamiento, en la calle Editor Manual Aguilar, ya han sido documentados in situ y trasladados. Cuando acabe la intervención arqueológica se depositarán en el almacén municipal de Vara de Quart, donde se custodian 30.000 cajas de material arqueológico recuperado en las excavaciones realizadas en la ciudad desde los años 80 del siglo pasado. Son cajas con restos óseos y antropológicos, monedas, vidrio, metal, fauna y sobre todo cerámica que conforman los fondos arqueológicos. De su investigación y recuperación han salido las colecciones museográficas de espacios como el Centro Arqueológico de l'Almoina.
En el depósito de arqueología del Ayuntamiento de València ya se custodian los enterramientos y hallazgos vinculados a la necrópolis de la Boatella que se han recuperado en los últimos años en el entorno de las plazas de Brujas y el Mercat. Sobre esta gran necrópolis románica y visigoda, que estuvo en uso desde el siglo II a.d. Cristo al siglo VI, sigue habiendo muchas interrogantes. Una de las principales fuentes documentales son los cuadernos de las excavaciones que realizó José Llorca en los años 40, cuando se desenterraron 250 tumbas. Sin embargo, los diarios están en posesión de la familia y, hasta el momento, los investigadores no han podido tener acceso a los mismos.
