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Mercados extraordinarios

València, la ciudad de los mercadillos

La ciudad con más puntos fijos de venta ambulante de España, 18 por semana, pide entrar en las rutas turísticas y mejoras en un sector que sufre como pocos en verano

València, la ciudad de los mercadillos

València es la ciudad con más mercadillos de España. Cada lunes a las ocho de la mañana cientos de vendedores llenan las calles de tres barrios valencianos con los colores de las ropas de los expositores y los olores de los puestos de fruta y comida. El mercado de Algirós, el Central y el de Russafa son los encargados de inaugurar semanalmente este tipo de venta al aire libre. Hasta el sábado, otros 15 mercados extraordinarios se montarán en la capital del Túria. Cada uno de ellos ayuda a dinamizar la vida de sus vecinos, con su cita semanal.

Las ventajas que presentan estos puestos de venta ambulante son muy variadas. En primer lugar, el vendedor se pone a entera disposición del cliente cuando a este le invaden las dudas a la hora de adquirir un producto. El presidente de la Agrupación Independiente de Comerciantes Sin Establecimiento (AISE) y además vendedor, José Vicente Domínguez, defiende este tipo de comercio: «El trato personal es primordial, la venta es directa de persona a persona. Además, los vendedores conocemos muy bien todos nuestros productos, proporcionamos buena información al cliente y le aconsejamos en todo lo que necesite».

Otro punto a favor que defiende el sector es que son puestos de venta al aire libre y esto invita a que muchos ciudadanos que paseen por los alrededores, se acerquen y adquieran algún bien ofertado. Asimismo, los vecinos que no se quieren desplazar a diferentes zonas a comprar, encuentran en el mercado de su barrio un lugar en el que conseguir productos tan diferentes como comida, ropa, calzado, o accesorios de todo tipo, independientemente de que en el barrio existan tiendas especializadas.

Disminución de las ventas

Pese a las múltiples ventajas que presentan los mercados locales, los vendedores coinciden en que en los últimos años han disminuido las transacciones y algunos creen saber el porqué. «Descienden las ventas porque continúa aumentando la oferta comercial. La apertura de Primark en pleno centro histórico nos perjudica. Venden ropa prácticamente al mismo precio que nosotros pero su imagen es mejor y sus instalaciones invitan a comprar», explica Pedro, un vendedor que lleva 30 años con su puesto de zapatos en varios mercados locales. Antonio vende ropa en San Pedro Nolasco y coincide con su análisis. «Los centros comerciales nos están comiendo vivos», lamenta el vendedor. Por otra parte, Sandra, que tiene un puesto de joyas también en San Pedro Nolasco, ve en la compra online una de las causantes del descenso en las ventas. «La gente adquiere productos sin salir de casa, sin desplazarse ni tan siquiera a la calle de al lado», remarca la vendedora. Otros apuntan que el principal problema es el horario, ya que al solo abrir un día a la semana y de ocho de la mañana a dos del mediodía, los vecinos que trabajan no pueden acudir al mercado hasta mínimo siete días después. Clara lleva 20 años vendiendo sombreros y bolsos en diferentes mercados valencianos y entiende que la visión de este tipo de venta se ha «devaluado» y por tanto, la afluencia de personas ha disminuido. En su opinión, la principal causa de esta pérdida de valor está provocada por los propios vendedores. «El género ha bajado de calidad. Ahora se vende más porquería, se expone ropa usada y esto nos hace mucho daño», critica.

Verano, la época más difícil

Pese a que València es una ciudad turística, el público que visita los mercados y compra en ellos, en su gran mayoría es gente local, del barrio. Exceptuando los puestos de venta ambulante situados en las inmediaciones del centro histórico. Así pues, durante las vacaciones estivales, en julio y agosto, el problema de los mercados se intensifica: las ventas descienden aún más, puesto que los clientes se van de viaje o pasan el verano en sus pueblos. El calor también reduce el número de compradores, que prefieren acudir a centros comerciales con aire acondicionado sin tener que soportar altas temperaturas mientras compran.

Ante esta situación, los mercados ven necesario atraer a los turistas que colman los barrios valencianos en época de vacaciones. El presidente de la Aise, José Vicente Domínguez, afirma que deben mejorar la promoción de sus paradas. «Este mes se renuevan las ordenanzas que rigen los mercados que llevan más de diez años sin cambiarse. Esperamos que se reorganicen las bases de actuación y se modernice la imagen de los mercados mediante campañas publicitarias», pide Domínguez.

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