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La Feria desconocida (4)

Fiesta Árabe

La exótica fiesta árabe como novedad en la Feria de Julio fue un acicate para acercar el pueblo a la feria y a la cultura musulmana

Fiesta Árabe

Buscando dar nuevos impulsos a las fiestas de la Feria de Julio, en junio de 1902 la Junta de Festejos decide ponerse en contacto con el cónsul de España en Orán para organizar una fiesta árabe. La idea fue del diputado Sr. Payá y los Srs Vinaixa y Avalos. Las gestiones fueron muchas y laboriosas, de tal forma que no fue posible llegar a tiempo de traer a los mal llamados árabes para la feria de ese mismo año. El motivo de organizar algo tan exótico, dificultoso, lejano y singular podría encontrarse en los intereses comerciales o quizá en la generosidad de Jaime Sitges, armador español muy bien relacionado en Argel y que adelantó el dinero para tal aventura. El cónsul se interesó por temas como la acogida, si la comida se ajustaba a los preceptos del Corán, el alojamiento y sobre todo quién corría con los gastos. Los moros eran del interior de Argelia, de Bogari y Chelalla, pueblos situados en la zona militar y bajo el gobierno del kaid moro. Fue también necesario contar con el permiso del ministro de la Guerra de Francia, pues Argelia era una colonia francesa, y del cónsul de Francia en Valencia. Finalmente con el viaje de los Srs.Vinaixa y Pomer se solucionaron todas las dificultades y obtuvieron todos los permisos para la salida de la comitiva formada por 32 moros, 8 músicos, caballos, jaquitas, camellos, espingardas, pólvora, instrumentos musicales, arneses y demás enseres necesarios para que la Fiesta Árabe fuera un éxito.

La explanada fue preparada en el lecho del rio, entre los puentes de Serranos y de San José; los jinetes montando a pelo sus animales y ataviados con sus bombachos y chalecos sin camisa, hacían carreras arriba y abajo profiriendo gritos guerreros, disparando sus armas y lanzándolas al aire mientras los músicos no cesaban de tocar una música desconocida para los presentes con sus extraños instrumentos. Más tarde se agrupaban en círculos imitando el asentamiento de las caravanas moras en el desierto, ataviados con sus blancas capas proporcionando un espectáculo que llamó la atención de todo el público asistente que llenaba los accesos a la zona. Debido a la gran acogida, se repite la exhibición en la Alameda a los cuatro días y con mucho mas lucimiento por las reducidas dimensiones del recinto, pese a celebrarse a las seis de la mañana.

Esta Fiesta Árabe se celebró durante años hasta que en 1918 la Comisión de Nuevos Festejos desiste de mantenerla ante la imposibilidad de cooperación por parte de los militares, por impedimento del Ministerio de la Guerra que no autorizaba a que las tropas tomaran parte en festejos populares si no era con su uniforme reglamentario.

El nuevo espectáculo no fue del gusto de todos. La Iglesia criticó el festejo por permitir participar en nuestra Feria a infieles adoradores de Mahoma, calificándoles de salvajes.

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