Los vecinos del barrio de San Isidro han visto estos días como, por fin, y tal y como habían reclamado, Adif ha procedido a la limpieza y desbroce de la gran cantidad de maleza reseca que estaba acumulada en el talud del tren de 8 metros que transcurre por el barrio de San Isidro, donde circulan las líneas de cercanías de Renfe. Los trabajos se han extendido durante varios días, pero desde la asociación lamentan que «tanto la maleza, como troncos secos y una gran cantidad de basura y plásticos han quedado depositados en las laderas de ambas caras del talud».

«No se ha procedido, ni siquiera, a un rastrillado del todo el desperdicio desbrozado, y por supuesto a toda la basura que estaba oculta bajo los arbustos resecos», denuncian desde la asociación.

Desde 1995 sin limpiar

Ellos recuerdan que desde mayo de 1995, el año que se inauguraron las cocheras y talleres de la EMT, y al objeto de aquel evento que concurrió a diversas autoridades del momento, no se ha vuelto a hacer una limpieza integral de las laderas del talud: «En aquel momento se batió la tierra y se replantó con malvarrosa, que nunca llegó a cuajar, más bien se llenó de maleza, arbustos, árboles resecos, ratas, insectos, culebras y multitud de desperdicios y plásticos». Además, añaden, «se han podado los árboles silvestres que durante estas décadas han ido creciendo en el talud y los restos son triturados allí mismo y lanzados de nuevo a las laderas del talud, incrementando el riesgo de incendio y la insalubridad».

Desde la asociación de vecinos piden que se estudie un tratamiento paisajístico que mejore la calidad de la infraestructura que recorre todo el barrio y además «lo parte en dos, ya que deja su núcleo histórico al sur del mismo, donde se ubica la histórica iglesia de San Isidro, tampoco se han planteado la reiterada petición de construir un túnel bajo el mismo que conecte esta zona antigua del barrio con las calles Mariano de Cavia y dels Gremis», indican.

Y reiteran que ahora que «por fin se han decidido a limpiarlo, vemos como al cabo de unos días toda la maleza cortada, reseca, junto con toda la suciedad queda en las laderas del talud, sin que nadie se la lleve y por fin pueda quedar algo más decente».