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Iconografía

Restauran la imagen de San Vicente Ferrer del Puente de Carlos en Praga

La estatua del santo valenciano está en el puente desde 1712 por ser copatrón de Bohemia

El Puente de Carlos con la estatua de san Vicente Ferrer a la izquierda. levante-emv

La imagen, como las otras 30 que decoran el puente, será depositada en un Museo creado ad hoc, labrándose una copia la cual será instalada en su antiguo pedestal en el puente donde históricamente ha estado desde el año 1712, lo cual está previsto suceda a finales de este año o más probablemente a comienzos del próximo, coincidiendo con el VI Centenario de la muerte del santo.

La escultura del santo valenciano está integrada en el grupo escultórico esculpido por Ferdinand Maxmilián Brokoff, junto a san Procopio de Bohemia -territorio histórico del que formaba parte la hoy República Checa- del que ambos santo son co-patronos. Está tallada en piedra arenisca y fue donada a la ciudad por Romedius Josef Frantisek, el conde Thun, fallecido en 1719.

Una obra de estilo de barroco

La obra es de estilo barroco y representa al santo con el hábito dominico. A sus pies hay un féretro conteniendo a una persona a la que san Vicente resucitó. Arrodillado ante él hay un hombre arrepentido de sus pecados y un endemoniado. Junto a ellos está san Procopio de Bohemia, con mitra abacial y báculo.

En el grupo hay varios torsos desnudos que representan, según la inscripción latina del pedestal a los miles de pecadores, paganos y judíos que convirtieron a la fe cristiana y demonios que doblegaron entre los dos.

Hay una alegoría del Juicio Final con el Timete Deun temática constante del valenciano en sus sermones y otra al báculo de Procopio con que vencía a los demonios, convertido milagrosamente en la piadosa tradición en arado para labrar tierras.

Aunque son de épocas distintas y no tuvieron relación entre ambos, se cuenta que fue el Consejo de la Ciudad quien decidió poner en el puente a los dos santos juntos, por la gran fama de santos que alcanzaron ambos en la vieja Europa que les llevó a ser elegidos como patronos de Bohemia y por ende trasladados a sitial de honor en el puente.

Siempre que se explica el conjunto se subraya las distintas vidas que ambos llevaron, uno muy activa, la de san Vicente Ferrer, que predicó en varios países europeos, y la otra, la de san Procopio, eremítica, retirándose a vivir en unas cuevas y luego fundando un convento. Lo que les une a los dos, además, es lo milagreros que eran.

Un puente célebre

El Puente de Carlos fue construido con piedra arenisca sobre el río Vltava para enlazar la ciudad vieja con el castillo sede de los reyes checos y es una de las grandes atracciones de Praga, ciudad imperial llena de palacios y casas solariegas.

El puente mide de largo 516 metros y de ancho10. En los siglos XVII y XVIII el puente comenzó a ser decorado con bellísimas esculturas barrocas de santos entre los que estaban los españoles san Francisco de Borja, san Francisco Javier y san Ignacio de Loyola, tres jesuitas que adquirieron también gran fama en la Iglesia Universal y en Europa.

San Francisco de Borja es valenciano, de Gandia, duque de Gandia y Marqués de Llombay. Las imágenes de los dos primeros siguen en el puente, restaurada y puesta en el Museo la original y en el puente la copia de san Francisco de Borja en el puente, pero la de san Ignacio la destrozó una riada en 1890 y nunca más fue repuesta. Una de las muchas leyendas que se cuenta del puente es que por las noches las enormes estatuas bajan de sus pedestales y se ponen a hablar entre ellas.

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