Una continua angustia. Así describe Irina la situación que día a día vive en su propia casa situada en el barrio de Sant Llorenç, donde las ratas aparecen sin que ella pueda remediarlo. La causa, según explica a Levante-EMV, tiene su origen en el piso de su vecino, un lugar que ella describe como «lleno de basura» y que permanece cerrado desde que este mayo se encontrara el cuerpo sin vida del hombre. En la actualidad, la única forma que tiene de poder hacer frente a este problema es la compra de aparatos ultrasónicos, que evitan que los roedores se muevan por sus habitaciones.

Sin embargo, la aparición del cadáver no fue inmediata a la muerte natural del hombre, lo que supuso un problema adicional de salubridad. La vecina de Sant Llorenç recalca que, según explicó la policía -que fue la que encontró el cadáver del hombre- a los residentes de la finca, este vecino había fallecido entre seis y ocho meses antes en los que nadie había entrado al domicilio, desconociéndose las circunstancias en las que se encontraba el piso ni la víctima que allí estaba.

No obstante, Irina recalca que la situación en la que las ratas aparecieron en su piso se remonta más atrás en el tiempo, en concreto a mayo de 2017, momento en el que afirma que empezó a ver por primera vez en su hogar, «ratoncitos». «Los tenía entre mis maletas, eran pequeñitos, pero yo sabía que eran ratas», explica convencida. Pese a que no se había descubierto todavía el cadáver de su vecino, Irina insiste en que ya había también «moscas alrededor de mi cocina», una zona que comunica directamente con el piso de su vecino.

Asimismo, en los últimos meses, la obstrucción de una cañería provocaba que por debajo de su puerta aparecieran líquido procedente del inodoro de su vecino. «Las ratas aún las paro con el aparato, pero en mi cocina han empezado a salir aguas fecales que las tengo que limpiar siempre», destaca la propietaria.

A la espera del tribunal

Pese a que Irina desea que se limpie cuanto antes el piso contiguo, ella misma reconoce que no es posible, ya que el caso permanece a la espera de que un juzgado dictamine que ya se puede entrar en ella. «Yo solo sé que una señora mayor tiene llave, pero ella no puede limpiar porque tiene que venir una empresa especializada», destaca la afectada.

Este proceso, según expresa Irina, consiste «en limpiar y desinfectar todo el piso», una acción que cuesta «unos 4.300 euros». De momento, tanto el seguro como el presidente de su comunidad le dicen que «hay que esperar», aunque según recalca «cada día hay más problemas, es muy difícil vivir así. Ya no sé que más puedo hacer para solucionarlo».