Hablar de El Palmar es hacerlo de uno de los espacios más cercanos al lago de l'Albufera, donde el turismo se erige cada vez más como un sector en crecimiento. Dentro de él, las terrazas se sitúan como el principal atractivo para los visitantes, que semana a semana deciden acercarse a este espacio natural. Sin embargo, estos establecimientos gastronómicos generan en ocasiones conflictos con los propios vecino de la zona.

Es el caso de Silvia -nombre utilizado a petición propia para preservar su identidad- quien asegura que una de las terrazas que se sitúa debajo de su domicilio le hace «imposible» realizar su día a día con normalidad, ocasionando «problemas continuos». Como explica, esto se debe que el establecimiento -igual que otras terrazas de la zona- sobrepasan los límites legales dedicados a ubicar mesas en el exterior, dejándole «la terraza montada siempre, incluso donde no es su territorio».

Los continuos conflictos con el dueño del restaurante, situado en la calle Redolins, obligan a Silvia a avisar continuamente a la Policía Local, unas reclamaciones que no dan casi nunca resultado. «Muchas veces vienen y se lo dicen, pero no le quitan las mesas porque si se las quitaran a él, habría que quitárselas a todos», recalca la vecina. Asimismo, la residente critica que cuando llama a la policía «a veces me dicen que no hay unidades disponibles» y no pasan por la zona «hasta muchas horas después o incluso no pasan».

Respuesta

En una de estas ocasiones, Silvia destaca que las mesas situadas en la terraza «me impedían sacar el coche» y cuando se lo comentó a través de una llamada a uno de los agentes «me dijo que si no podía sacarlo, que cogiera el transporte público».

Pese a que tradicionalmente la convivencia entre Silvia y sus familiares y el dueño del restaurante había sido normal, el conflicto constante que se ha generado en los últimos meses le ha hecho notificar casi a diario las infracciones del establecimiento hostelero a la Policia Local. No obstante, como recoge la residente en uno de los recursos, los agentes siguen sin «hacer cumplir la normativa y sin justificar el motivo por el cual no la hace cumplir».

Por todas estos incidentes perjudiciales, la vecina de El Palmar destaca que ya ha presentado varias reclamaciones al Ayuntamiento de València y el gabinete jurídico de la Policia Local, así como dos quejas al Síndic de Greuges -la última el pasado 11 de julio- en las cuales se denunciaba las prácticas llevadas a cabo por el dueño del restaurante, así como la falta de eficacia y de cumplimiento de la normativa por parte de la policia local, pidiendo además según el texto el «apercibimiento del local infractor, en los días notificados en caso de que no se hubiera hecho, con efecto retroactivo».