El complejo arquitectónico de la Alquería del Moro, situado en el barrio de Benicalap, sufrió ayer un incidente en uno de sus edificios principales. Como pudo saber Levante-EMV a través de fuentes municipales, el inmueble de la Lonja, cuya titularidad es privada, sufrió un desplome de parte de la cubierta afectando a un espacio de la fachada del piso superior.

El incidente se producía en la mañana de ayer, momento en el que los bomberos y posteriormente la disciplina urbanística acudía al lugar para «establecer las medidas a adoptar» con el fin de «devolver la seguridad a la zona». Además, fuentes del consistorio valenciano también destacaron que se pedirá al propietario de este inmueble que «realice las obras de rehabilitación» oportunas para mantener en buen estado el edificio.

Asimimo, según el consistorio, este incidente no ha afectado a la alquería -un territorio que sí que es propiedad municipal- siendo el gran deterioro que sufría el edificio desde hace tiempo y el aumento de las lluvias sucedido en los últimos días las causas más probables que explicarían el derrumbe de parte del inmueble.

La Alquería del Moro es uno de los tesoros de la ciudad de València que fue catalogado como Bien de Interés Cultural en 2004. En concreto, este se trata de un edificio residencial compendio de la arquitectura señorial y rural de la huerta valenciana de los siglos XIV, XVI y XVIII.

Obras recién comenzadas

Este derrumbe en el edificio de la lonja se produce la misma semana en que el Ayuntamiento de València ponía en macha las obras para restaurar y rehabilitar la Casa del Señor, parte municipal de la Alquería del Moro. Según explicó el pasado lunes el concejal de Gobierno Interior, Sergi Campillo, el objetivo de la intervención es que «el edificio muestre la dilatada historia contenida entre sus muros y forjados, en los que se señalarán los hitos más significativos de su historia y de su proceso de permanente metamorfosis».

Esta obra, cuyo presupuesto cuenta con 2.096.842,17 euros y el plazo de ejecución de las obras es de 12 meses, se une a otros trabajos previos realizados como la rehabilitación de dos muros de tapia valenciana, uno de los cuales requería una reconstrucción total o el remate de la parte superior de la fachada principal para evitar que continuara entrando agua.