Con Laura hay que empezar con unas clases de dicción insular. «Se pronuncia 'Ben-Násar'. Es decir, cada sílaba tiene su propia 'ene'. En la tierra de mi abuelo es un apellido conocido, que se pronuncia sin problemas, pero en cualquier otro sitio de la península sí que es verdad que cuesta mucho. Está claro que su origen es árabe». Pero de donde proceden prácticamente todos los Bennasar es de la isla de Mallorca. «Mi abuelo era mallorquín. Era militar y lo destinaron a diferentes sitios. Mi padre, por ello, nació en Asturias, pero vivió en Madrid, pero entonces vino a estudiar a València, conoció a mi madre, lo engañó (ríe) y se quedó aquí». Y por eso, ahora hay dos Bennasar, Laura y su hermana, falleras militantes. Ahora es la primera quien está dispuesta a poner un cuarto de origen balear en el cuadro de honor fallero. «Cuando mi abuela vivía veraneábamos allí y ahora vamos a casa de una tía. Tengo unos recuerdos de infancia increíbles. Pero cuando empiezas a trabajar ya no es tan fácil compaginar. Ahora van mis padres, o mi hermana y yo, o voy yo con mi pareja€ seguimos teniendo muy buena relación».

Laura es tercera generación de falleras mayores en su casa. Y con su particular historia. Es fallera de Rodríguez de Cepeda, pero «realmente no me toca por zona porque siempre hemos vivido por el barrio de l'Amistat. Mi abuela fue fallare mayor allí». Su madre, al casarse, dejó la cuestión fallera hasta que apareció el ciclón Laura. «Yo iba al colegio Santa Ana y una amiga del colegio, María, la nombraron fallera mayor infantil y entonces yo me empeñé en ser fallera, ser fallera y ser fallera. Veía las fotos de mi abuela vestida€». Y ganó a base de insistencia: «al final nos apuntamos los cuatro: mis padres, mi hermana y yo».

Pero hete aquí que ella puso el empeño, pero antes que ella subió al trono su madre. «En el año 2007. A raíz de ahí, con ocho años yo, hicimos un muy buen grupo, que empezamos de niñas y todavía continúa. Ser fallera mayor con todos ellos a mi alrededor, apoyándome, aún ha sido mejor». Su propio reinado tuvo su historia. «Yo tenía en mente ser fallera mayor, pero no sabía cuando. Mi madre fue con Paula, una niña con cuya familia nos llevamos muy, pero muy bien. La prima de Paula, Mireia, era entonces un bebé y siempre dijimos que sería maravilloso que, pasados los años, fuéramos ella y yo juntas, continuando la buena relación. Las pasadas fallas ni lo tenía en mente, pero entonces surgió: me dijeron que que querían que fuera la niña y entonces todo vino muy rápido. Me faltaba un empujoncito y éste fue decisivo. Y hemos sido las dos juntas». Y la aventura continúa: las dos están en la final. «¿Qué pasará? Si sale ella la apoyaremos al máximo. Ellos harán lo mismo si salgo yo€ y si no salimos ninguna de las dos volveremos a nuestra falla que tan bien nos ha hecho sentir este año a apoyar a las que empiezan ahora». ¿Si salen las dos? Fácil imaginarlo. Laura tiene un trabajo vocacional, gratificante, pero también duro en ocasiones. «Soy enfermera». Trabaja como quien dice enfrente de casa: «en la Casa de la Salud. Además es donde yo nací. También he trabajado en La Fe y en el Peset».