El fenómeno de los patinetes eléctricos acaba de explotar en las ciudades y sus consecuencias son todavía desconocidas. València tiene todas las virtudes para convertirse en un referente mundial para estos pequeños vehículos de movilidad personal. Tanto es así que la multinacional Lime, startup a la que le han inyectado capital gigantes como Uber o Alphabet (Google), ha desembarcado hoy en el "cap i casal" con su negocio de alquiler compartido de patinetes eléctricos. El clima y la buena red de carriles bici han animado a la compañía con base en California a probar suerte en València.

"Estamos ya en 70 ciudades de Estados Unidos, a pesar de que la compañía se creó hace poco más de un año. Comenzamos con las bicis y más tarde con las bicis eléctricas de alquiler, pero cuando introdujimos los patinetes eléctricos nos dimos cuenta que era el vehículo con mayor rotación de uso. Así que en València hemos apostado directamente por los patinetes, al igual que en Madrid, donde hace tres semanas que ya operamos", explica Álvaro Salvat, General Manager de Lime en España.

"Tenemos muchas expectativas puestas en València", asegura Salvat, que explica que pondrán en la calle "una cantidad razonable" de sus patinetes eléctricos, "pero no los vamos a tener apilados", aclara. Prefiere no desvelar el número de vehículos que desde hoy se pueden usar en la ciudad y afirma que el Ayuntamiento de València sabe que han empezado a trabajar en la vía pública. "Es política de empresa, siempre damos un preaviso a los ayuntamientos antes de iniciar el negocio", señala el director general de Lime.

Vacío legal

La cuestión no es baladí, ya que en València, como en otras ciudades del Estado, todavía no está regulado de forma clara el uso de los patinetes eléctricos, aunque en septiembre está previsto que salga a exposición pública la nueva ordenanza de movilidad donde se contemplará con precisión por dónde está permitido circular con estos vehículos.

Otra compañía valenciana que ha anunciado su deseo de ofrecer un servicio de patinetes eléctricos compartidos ha preferido esperar la aprobación de la ordenanza. En cambio, Lime cree que ya es el momento de desembarcar con el negocio y pone a disposición de sus usuarios un manual de utilización. La norma actual del "cap i casal" es muy restrictiva con los patinetes de tracción humana, pero no habla de los eléctricos porque hace unos años cuando se aprobó ni existían.

Patinetes y bicicletas

Se espera que la ordenanza permita el uso de los patinetes eléctricos por carriles bici, tanto segregados como de acera, mientras que se podrán usar en zonas peatonales (no aceras) siempre que circulen a paso humano y manteniendo la distancia de seguridad de un metro. Falta por ver en qué condiciones podrán usarse por calzada, normalmente restringida a 30 km/h y un solo sentido de tráfico. Lime se ha ofrecido al ayuntamiento para "compartir datos" y "colaborar" en la regulación de los patinetes por su experiencia acumulada en otras ciudades.

Velocidad de 24 Km/h y tarifa de 15 céntimos/minuto

El patinete eléctrico de la empresa Lime se alquila desbloqueando el vehículo que encontremos estacionado en la vía pública mediante un código QR, que se escaneará con el móvil. Su puesta en marcha cuesta un euro, y cada minuto de utilización se facturará a 15 céntimos de euro. Los patinetes, asegura Álvaro Salvat, "son mucho más robustos que los que se comercializan", estarán limitados a una velocidad de 24 km/h y cuentan con una luz delante y otra de posición detrás.