Un vecino de València ha puesto a la venta dos de las «covetes de Sant Joan», conjunto de pequeños locales en desuso que se utilizaban para el comercio artesanal y que forman parte del Bien de Interés Cultural de la iglesia de los Santos Juanes.

Se trata de dos «covachuelas», como así aparece en la escritura del propietario, de cuatro metros de hondo por dos de ancho.

Luis Avelino, actual dueño de estas pequeñas lonjas semisubterráneas, logró el permiso de la Generalitat para unirlas, por lo que en la actualidad los números 6 y 7 (de las quince que hay) forman parte de un solo conjunto, de unos 16 metros cuadrados.

Avelino ha puesto un cartel en el que anuncia la venta de estos pequeños inmuebles por 40.000 euros y asegura que ya cuenta «con bastantes interesados». «Desde que puse el cartel ha llamado bastante gente, veo que hay bastante interés», cuenta este vecino.

El Círculo por la Defensa del Patrimonio Valenciano alertó ayer de su puesta en venta, recordando que son Bien de Interés Cultural, aunque la titularidad privada de las mismas en principio no supone problema para la venta, siempre y cuando se respeten las características arquitectónicas de este patrimonio protegido.

En la actualidad, el espacio funciona como almacén «de un amigo que tiene un negocio de restauración», explicaba ayer Luis Avelino, por lo que el destino del local sería el mismo, es decir, para guardar lo que el comprador estime oportuno.

«Muchas veces en prensa he leído que el Ayuntamiento de València tenía en mente darles un nuevo uso, revitalizarlas, pero hasta que se llegue a producirse ese cambio, si es que se produce, de momento se puede utilizar como almacén», explicó el propietario.

Adquiridas hace 30 años

Luis Avelino asegura que adquirió las dos covetes hace 30 años y cuenta con escritura de compra. «Se las compré a una catedrática de guitarra de València, que las había heredado de su padre. Anteriormente había sido un pequeño negocio de venta de ropa, entre otras cosas», detalla el dueño.

Las covetes de Sant Joan tuvieron uso comercial hasta mediados del pasado siglo, aproximadamente, aunque las más tardías cerraron en la década de 1960. Desde entonces la mayoría han permanecido cerradas y tapiadas, y solo algunas, como las que ahora están en venta, han conservado parte del uso como almacén. Sin embargo, el paso del tiempo ha hecho mella en estos históricos inmuebles, ya que la mayoría de estas pequeñas lonjas están en un estado lamentable de conservación.

Fueron construidas entre 1700 y 1702 por Leonardo Julio Capuz y concebidas como locales artesanales que dejaban beneficios a la parroquia de los Santos Juanes. A mediados de siglo XVIII las covetes pasaron en manos privadas. En la actualidad, algunos de los locales pertenecen a la iglesia, otras a entidades bancarias o particulares.

Están situadas en el semisótano de la terraza de la iglesia barroca de los Santos Juanes, frente a la Llotja, en plena Plaça del Mercat. Se trata de uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.El consistorio ha requerido durante los últimos años a los diferentes dueños de las covetes para que mantengan en buenas condiciones los inmuebles, al menos su fachada exterior, aunque a tenor del estado actual, estos requerimientos no han tenido mucho éxito.