Los agricultores contarán este año con una ayuda para retirar la paja de arroz sobrante. Así lo explicó ayer la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, en un encuentro, asegurando que uno de los mayores problemas relacionados con estos restos orgánicos reside en los altos costes que implica su retirada y que se corresponden con el empaquetado y el transporte de la paja.

Esta situación, como recalcó Cebrián, es difícil de afrontar económicamente por los agricultores y, por ello, desde la conselleria se ha decidido ofrecer una línea económica que ayudará en este proceso y que permitirá a su vez acercar esta paja del arroz para ser utilizada en «usos alternativos».

Como resaltó la consellera, «necesitamos dar más soluciones a los agricultores», aunque actualmente no hay una solución «ni fácil», «ni milagrosa» que acabe definitivamente con el problema de las quemas, sino que es necesario que se realice «una combinación de proyectos».

En esta línea, la responsable del área de Agricultura de la Generalitat recalcó que aunque ya hay iniciativas enfocadas en su uso en compostaje -como el que ha estado realizando el Ayuntamiento de València y Mercavalencia con los residuos orgánicos generados por este último y la paja-, camas para el ganado, biomasa o usos artísticos como el de realizar parte de una falla con este material, estos no suponen todavía una forma de acabar con la quema.

Quema alternativa

Además de la línea económica de ayudas, la consellera también defendió la nueva medida que dividirá el parque de l´Albufera en dos áreas, una en la que se permitirá la quema -siempre dependiendo de las condiciones meteorológicas y de prevención de incendios- y otra en la que no se podría realizar bajo ningún concepto.

Como adelantó en agosto Levante-EMV, estos dos espacios se irán rotando, por lo que el área que queme la paja este año no lo hará el siguiente y viceversa. Por este proceso, en 2018 València y el resto de pueblos del entorno, así como una pequeña parte de la Ribera, no quemará, sino que recogerá.

Asimismo, establecer estas dos áreas en l'Albufera permitirá que, después de un año complicado debido a los graves episodios de contaminación, esta se vea reducida. Como expresó Cebrián, esta quema de la paja genera «molestias al bienestar de la gente» influyendo también en la calidad del aire de la ciudad y sus alrededores, por lo que, aunque la consellera es consciente de que no se puede prohibir por completo, esta medida si que beneficiará al medio ambiente.