La revisión de PAI del Grau se ha convertido, en las últimas semanas, en el conflicto que más está desgastando al Govern de la Nau. Y eso que la lista de desencuentros es larga. Las continuas discrepancias entre los tres socios del ejecutivo municipal sobre cómo debe ser el futuro barrio que soterrará el circuito de Fórmula 1 están dejando una sensación de que están más alejados que nunca. O que al menos ya no intentan solucionar los problemas en privado, sino que utilizan el altavoz de los medios para marcar distancias.

Primero fue el alcalde Joan Ribó el que desautorizó el proyecto que lidera el socialista Vicent Sarrià, críticas a las que se sumó València en Comú. Tras una reunión conjunta se anunció, por fin, un acuerdo entre Compromís, PSPV y València en Comú. Pero ayer, la formación que encabeza María Oliver fue tajante: «Ante la apariencia de una falsa sensación de acuerdo entre el equipo de gobierno, València en Comú quiere trasladar que en la Junta de Portavoces pusimos nuestras pegas encima de la mesa, que de alguna manera se han obviado».

Oliver enumeró los puntos de desencuentro: «Supeditamos el desarrollo del PAI a un plan realista, con fechas concretas del soterramiento de las vías que afectan tanto al Grau, como a Moreres y Natzaret. Es irrenunciable y no estamos dispuestos a dejarlo en manos de Adif, porque como ya ha dicho Renfe lo que no es prioritario para ellos, como el soterramiento de las vías del Grau no lo es, no lo van a ejecutar, y lo tenemos por escrito. Tenemos la experiencia de que pueden tardar 40 o 50 años en que el estado se lo tome en serio. No podemos engañar a la ciudadanía».

Puente ajardinado

Sobre el plan presentado por el concejal Vicent Sarrià, con un puente ajardinado que salvará las vías de forma provisional, Oliver asegura que técnicamente «no ponemos pegas, pero urbanísticamente no corresponde a lo que nosotros entendemos que es el urbanismo de un equipo de gobierno progresista. Pensamos que lo que se propone es muy parecido a lo que tenía el PP».

«Entendemos que es una propuesta, pero con un 25 por ciento de la población con riesgo habitacional, no solo queremos reserva de vivienda de protección oficial, sino también vivienda pública y un estudio en profundidad», añadió la portavoz de València en Comú. Pese a las evidentes diferencias, Oliver descartó que esta «crisis» acabe rompiendo el pacto de gobierno, pero recriminó a los socialistas haber encontrado el proyecto «en prensa» y no haber podido trabajar «conjuntamente» desde hace un año en su diseño «para no llegar a este punto».

En ese sentido admitió que tienen «una línea en común con Compromís», que fue el primer en discrepar del proyecto que presentó Sarrià. Ahora, aseguran, llevará el asunto de nuevo a la Junta de Portavoces «porque no nos han tomado en serio».

Defensa de Sandra Gómez

La respuesta de la portavoz socialista no se hizo esperar. Sandra Gómez definió el proyecto «como uno de los más importantes de esta legislatura» tras la «pifia» del PP con la Fórmula 1, y acto seguido defendió que los socialistas creen que es «más progresista trabajar que criticar», en clara referencia a sus socios de València en Comú.

Además dijo que en la Junta de Gobierno València en Comú «no ha manifestado tampoco ningún desacuerdo, solo puntos de vista distintos».

Gómez volvió a rechazar la propuesta de València en Comú de que el Ayuntamiento asuma el soterramiento de la vías. «Es competencia del Ministerio de Fomento y tienen que ser ellos los que se comprometan a soterrar las vías. Son unos 78 millones de euros que si tienen que salir de las arcas del Ayuntamiento nos dejaría con unos servicios muy recortados, como limpieza, jardines, policía, etc», dijo la socialista.