El Ayuntamiento de València está resuelto a derribar las casas de adobe que un ciudadano centroafricano está levantando en un solar de Campanar. Las quejas vecinales, la condición municipal de los terrenos y las nulas condiciones de habitabilidad han llevado a la junta de gobierno del consistorio a tomar esta decisión, aunque de momento no tiene fecha.

Levante-EMV en su edición de ayer, un inmigrante llamado Osama lleva meses viviendo en un habitáculo de adobe, construido por él mismo en estos terrenos que en el pasado fueron un foco de drogas. En estos momentos, además, está ampliando la estructura, añadiendo una segunda casa de adobe.

Se trata de una parcela de propiedad municipal, muy cercana a la vía de la calle Pío Baroja, frente al cementerio de Campanar. Fuentes del equipo de gobierno reconocen que desde hace meses están recibiendo quejas vecinales por la ocupación «irregular» de esta parcela propiedad municipal.

En principio, señalan, el deber del ayuntamiento es recuperar la propiedad pública y derribar. Esta construcción no deja de ser un asentamiento chabolista, y el municipio procede de la misma forma en todos esos casos.

Además, sobre estos terrenos está pendiente la construcción de un desdoblamiento de la vía actual, que en estos momentos concentra cuatro estrechos carriles, dos por sentido.

Osama: una década en España

Según relató el propio Osama a este diario, llegó a España hace más de una década, en 2005, concretamente, dejando en su país a su familia, varios hijos y algunas casas de este tipo construidas con sus propias manos. En su país, según cuenta, era obrero, y en Campanar está levantando estas estructuras a base de palets, maderas, puertas y lo que se va encontrando. Ahora va tirando de la recogida de chatarra que trata de vender y de algún empleo ocasional vinculado a la albañilería.

Precisamente, la precaria situación del nuevo «vecino» de Campanar está haciendo al equipo de Gobierno formado por Compromís, PSPV y València en Comú ser particularmente sensible. El asunto fue abordado, de hecho, en la Junta de Gobierno municipal de hace dos semanas.

Los concejales quieren proceder con especial tacto y se ha pedido al equipo de gobierno que evalúe desde los Servicios Sociales del ayuntamiento la situación del ocupante de estas casas de adobe. El objetivo es que se le atienda en sus necesidades asistenciales. Un protocolo que, por otro parte, siguen en el resto de situaciones similares, defienden desde el equipo de gobierno.

Lo primero, la atención

En todo caso, el «futuro de la construcción será la demolición ya que no cumple con ninguna condición de habitabilidad, está en suelo municipal y sobre todo existen reiteradas quejas vecinales. Lo más importante en este caso, sin duda, es la atención por parte del ayuntamiento a esta persona», concluyen las fuentes consultadas.