Joan Ribó, alcalde de València, apuesta por vivir las diferencias entre los socios del Govern de la Nau (Compromís, PSPV y València en Comú) "con normalidad", siempre que haya "voluntad de llegar a acuerdos".

Trataba así Ribó de rebajar las fuertes tensiones de las últimas semanas con los socialistas, especialmente a cuenta del PAI del Grau y de una campaña de promoción de empleo para mayores con teléfono rojo instalado en la vía pública incluido.

Ribó recordaba ayer que tras pedir "correcciones bastante significativas" en el diseño del PAI del Grau - mantener el soterramiento de las vías en vez del puente alternativo o llevar el ancho del antiguo cauce del río Túria hasta casi los 150 metros-, se daba "por satisfecho".

"Somos tres partidos distintos, y lo único que cabe esperar es que esas diferencias de cada uno se solucionen con acuerdos", haciendo hincapié en la necesidad de "dar estabilidad a un proyecto de izquierdas"."Tenemos una voluntad muy clara y una visión de continuidad"

, refiriéndose a los resultados que depare la próxima cita electoral, en 2019, pese a que la socialista Sandra Gómez, muy molesta por las críticas de Compromís a sus iniciativas laborales, parecía ponerlo en duda hace unos días al advertir que de aquí a las próximas elecciones "no todo vale". Al ser preguntado Ribó por si habría una fuerte reestructuración de áreas de repetir al frente de la alcaldía, emplazaba al resultado de las urnas.

Entre sus asignaturas pendientes de cara a la siguiente legislatura, Ribó insiste en reordenar el frente marítimo, que reconoció muy "degradado", tanto por la situación del Cabanyal como por Natzaret y el propio desarrollo del PAI del Grau.

A los vecinos del Cabanyal volvió a pedirles paciencia, esgrimiendo que los proyectos del Edusi requieren su tiempo, pero comprometiéndose de nuevo a poner fin al abandono del barrio marítimo. En ese punto, además, se marcó como reto de cara al próximo ejercicio "ser capaces de acabar con la lentitud administrativa". "Hemos de cambiar y reorganizar sistemas de trabajo para hacerlos más eficaces", señalaba, no sin dejar de confesar que en estos tres años "la agotadora presión psicológica del cargo".

"En cuanto a la movilidad mi sueño es que los trenes vayan soterrados por València y no dividiendo la ciudad como ocurre ahora, y para eso hay que seguir batallando con Madrid", manifestaba, confiado en que la presencia de un valenciano como José Luis Abalos al frente del Ministerio de Fomento se traduzca en un trato justo para la ciudad.

Si en transporte urbano volvía a mirar hacia Amsterdam, "en cuanto a vivienda social y alquiler mi referente es Viena". Del aparcamiento de Brujas estará finalizado antes de Navidad y que solo entonces se abordará la remodelación de la Plaza de la Reina.