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Bodas de oro

Las flechas del amor de 1968

Más de 250 parejas valencianas que se casaron hace 50 años rememoran su ceremonia en una fiesta multitudinaria

Medio millar de mayores bailaron y se hicieron fotos. Sandra Gómez recordó que esta fiesta es muy especial este año para ella. germán caballero

«La noche que ganó Massiel el festival de Eurovisión me fui de despedida de soltero». Se casaron hace cincuenta años, ahora bordean los 75 años, más o menos. Vivieron en la España de blanco y negro, de papeles de género demasiado asignados y de un mundo por descubrir. A los sones de Las Flechas del Amor de Karina, El Río de Miguel Ríos, Qué tiempo tan feliz de Mary Hopkin o Tengo tu Amor de Fórmula V.

Ayer, más 250 matrimonios se reunieron para volver a celebrar sus Bodas de Oro. Lo hicieron convocados por la Concejalía de Personas Mayores, que les obsequió con una merienda y un baile con el Dúo Brillantina. Era tiempo de recordar y de renovar votos, aunque alguno reconoce que «nos casamos de penalti».

Todos, eso sí, lo hicieron por la iglesia. «En la Catedral», «en el Santo Cáliz», «en la Santa Cruz del Barrio del Carmen», «en la parroquia de Caudiel», «en Santa Clara de Pérez Galdós», «en Santa María de la calle Jesús», «en Jesús Maestro de Monteolivete», «en Santa María Goretti, en la Gran Vía Germanías».

Cincuenta años dan para darse cuenta de cómo cambian los hábitos. Por ejemplo, los lugares o las circunstancias del convite. «Las Arenas», «La Pepica», «mi padre falleció y cancelamos el convite. En el Hotel Inglés se portaron muy bien y nos reembolsaron la reserva», «en Casa Borrás», «en la Peña Valencianista», «cada familia lo celebró en sus casas», «en el Hotel Reina Victoria», o, directamente, «no celebramos convite».

Los super-contrayentes rememoran y son felices haciéndolo. Porque los viajes, en la España del seiscientos, no eran a Tailandia o a Mauricio. «Si para salir simplemente a Francia tenías que hacer un papeleo...». Por lo que los destinos eran «a Ceuta», «por toda España», «a Ibiza, que ya estaba llena de hippies, y Mallorca», «Madrid, Cuenca y Andalucía», «nosotros recorrimos España de norte a sur con el seiscientos de mi padre, pero tuvimos un accidente en Écija. No fue mucho, pero y lo que nos costó la reparación nos impidió seguir viajando», «yo era ferroviario y la llevé por toda España en tren». Y otros... «no viajamos: lo hemos hecho ahora, a Málaga», «a Lanzarote, pero ahora, y con nuestra nieta de quince años», o «a Villavaliente, que es de donde procedíamos».

La concejala Sandra Gómez es la particular madrina del acto y no dudó en reconocer que «es mi acto favorito porque pone en valor el amor, aquella semilla, el árbol que creció, los hijos, los nietos y, sobre todo, la vida compartida». La concejalía es la que gestiona este acto a través de sus centros de mayores y para más de uno será su única celebración, medio siglo después. «Sois un ejemplo de respeto entre vosotros». A lo que añadió su toque personal: «para mí es el año más especial, porque me caso dentro de poco. A ver si contáis el secreto para llegar a cincuenta años y se me pega algo». «Amor, mucho amor». «Paciencia». Le dijeron.

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