El nuevo plan especial del Cabanyal redactado, por encargo de la Concejalía de Desarrollo Urbano, a los urbanistas Gerardo Roger y Luis Casado contempla la construcción de 219 viviendas dotacionales de alquiler de una superficie de entre 50 y 55 metros cuadrados que se destinarán a mujeres maltratadas, mayores de 65 años y colectivos en riesgo de exclusión.

Estas viviendas, que no computarán como edificabilidad residencial sino como dotaciones, se construirán en el entorno de las calles Doctor Lluch y Eugenia Viñes dentro de las nuevas unidades de ejecución junto al mar previstas por el ayuntamiento con el objetivo de repoblar este castigado barrio de la fachada marítima de València.

El nuevo plan del Cabanyal con el que el gobierno de Compromís, PSPV y València en Comú quiere sentar las bases para la regeneración urbanística y social del barrio, es uno de los pocos avances del tripartito en el Cabanyal, cuyos vecinos se han rebelado contra las promesas incumplidas del alcalde, Joan Ribó, y sus socios de gobierno.

El plan, que todavía debe pasar el periodo de alegaciones, prevé la construcción de 500 viviendas en los solares dispersos existente en zonas consolidadas del barrio, producto de los derribos del derogado plan de la prolongación de Blasco Ibáñez.

En las unidades de ejecución previstas en Eugenia Viñes (en los terrenos del descartado PAI de piscinas olímpicas), Doctor Lluch y la avenida de los Naranjos se construirán alrededor de mil viviendas, entre las que se incluyen las 300 de Eugenia Viñes y las 219 viviendas dotaciones. Así las cosas, el nuevo plan liberará suelo para construir más de 700 viviendas de renta libre junto al mar (más las 500 de los solares dispersos del barrio).

La construcción de nuevas viviendas supondrá la llegada de 1.170 nuevos vecinos, según destacan los autores del plan especial, que ante el rechazo frontal de los vecinos a la reclasificación de zonas verdes para construir viviendas han reajustado el documento, salvaguardando los espacios verdes a costa de concentrar la edificabilidad en los solares libres, donde se podrán levantar un máximo de cinco alturas. El nuevo plan se ha ajustado, afirman sus redactores, a las necesidades de los vecinos.

El nuevo plan especial del Cabanyal, cuyo plazo de presentación finalizó el 18 de septiembre, no resuelve el futuro de los bloques portuarios, cuyo destino depende de tres informes (uno de estructura, otro económico y otro jurídico) que el ayuntamiento y la Generalitat han encargado para dirimir si se rehabilita el inmueble, ocupado en gran parte, o se derriba.

El nuevo plan, que el concejal de Desarrollo Urbano, el socialista Vicent Sarrià, espera aprobar en lo que queda de legislatura, fijará límites a las viviendas de alquiler turístico y establecerá las normas urbanísticas para la edificación de los solares existentes con un catálogo de colores y materiales acorde al estilo arquitectónico de este barrio marinero de arquitectura modernista popular.