La "guerra fría" entre el Ayuntamiento de València y la compañía de patinetes eléctricos compartidos Lime ha llegado a su fin. Se abre un periodo en el que parece que está más cerca el regreso de estos vehículos de movilidad personal (VMP) a las calles de la ciudad, pero de manera legal y pagando sus correspondientes impuestos.

Lime se reunió la semana pasada con el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, donde ya hubo buena sintonía. El equipo de Vilar debe cuantificar cuál será la tasa que pagarán la multinacional norteamericana por ocupación de la vía pública. Esta misma mañana, la empresa se ha reunido también con el concejal de Espacio Público, Carlos Galiana, quien ha abierto la puerta a que en un espacio corto de tiempo los patinentes puedan volver a operar. "Hemos abierto un proceso que sea rápido y ágil para que vuelvan a operar", ha anunciado.

Galiana ha explicado que hay dos procesos paralelos para regularizar la situación de Lime (y de las futuras empresas que quieran trabajar en la ciudad). "Se está trabajando en Hacienda ya en una tasa por la ocupación de la vía pública, que económicamente será similar a la de mesas y sillas de las terrazas, porque ya tenemos un estudio que realizó la Universitat Valenciana sobre esta cuestión, y nos sirve también para patinetes", ha señalado el edil de Compromís, que ha añadido: "Pero su autorización se asimilará a la norma con la que se regulan los cajeros automáticos, que es mucho más rápida que el permiso de terrazas, es decir nos dicen cuántos patinetes tienen, cómo identificarlos y enseguida se pasa la tasa y a operar".

El segundo proceso paralelo, el más importante, es que Lime asegura que ha encontrado un argumento jurídico para poder operar en la ciudad sin la necesidad de esperar la nueva ordenanza de movilidad, que este mes de septiembre debe estar lista con su primer borrador. "Cuando nos presenten este argumento jurídico los trasladaremos a los servicios jurídicos del Ayuntamiento y si dan su aprobación, entonces podrán operar. Al parecer se basa en la diligencia que en su día dio la Dirección General de Tráfico sobre los vehículos de movilidad personal", ha señalado Galiana.

Este punto es clave, ya que en primera instancia el Ayuntamiento de València, a través del propio Galiana, advirtió a la empresa que hasta que no se aprobara la ordenanza de movilidad no podrían circular, pero tras la reunión con Lime ha cambiado todo. "Si nos demuestran que su argumento jurídico es válido, no tendremos problema en aceptarlo", ha dicho Galiana. De esta manera, los patinetes eléctricos de alquiler se acogerían a ese vacío legal que hoy permite a cientos de usuarios de la ciudad desplazarse con sus propios patinetes y sin que la Policía Local actúe contra ellos al no estar clara la norma.

"Estamos muy satisfechos de cómo se ha desarrollado esta reunión con la empresa Lime. A nivel político queremos que esta empresa u otras operen, porque es una apuesta por la movilidad sostenible. Hay una parte legal en la que nosotros entendemos que los patinetes están prohibidos ahora por la ordenanza de circulación y ellos consideran que se puede reinterpretar esa norma a su favor. Nosotros estamos encantados de que nos traigan ese argumento. Si está jurídicamente bien y aceptado por todas las partes, adelante", ha señalado Galiana.

El concejal de Espacio Público ha avanzado que ha solicitado a Movilidad Sostenible un informe de cuántos patinetes, pero también motos, coches, etc, puede absorber la ciudad. "Si por ejemplo puede absorber 2.000 patinetes, se irán dando licencias a las empresas que lo soliciten. En el momento en el que haya más peticiones, igual hay que hacer un concurso público, pero mientras tanto si se hiciera ya tardarían año o año y medio en volver a estar en la calle. Eso es demasiado largo y farragoso", ha justificado el edil Galiana.

Mientras, los patinetes de Lime continúan en el depósito de la Policía Local a la espera de que la compañía los retire, y los procedimientos sancionadores siguen en marcha. La empresa estudia presentar las alegaciones correspondientes.