La idiosincrasia de pueblo que tiene Natzaret le permite preservar algunas tradiciones. Por ejemplo, la del pan recién horneado cada mañana. Tanto es así, que de sus dos calles emblemáticas (Mayor y Alta del Mar) y de otros tantos hornos han salido los mejores panes del concurso anual que convoca el Gremio de Panaderos de València. Los hornos tienen que presentar unos trabajos al jurado, tras cuya cata repartieron los galardones.

El de pan tradicional supone presentar ante el jurado las tres piezas clásicas: rollo, «pataqueta» y barra de cuarto. Inma Andrés y Raúl Roig regentan un negocio que nació en 1926 como «El Horno de Amparito» y que ahora es el Forn Germán. «Para mi es el concurso más difícil porque no hay opción: la receta es la que es. No puedes jugar con texturas, con cereales, ingredientes y sabores... y ese día tiene que salir la fermentación perfecta, la cocción perfecta...» asegura Raúl Roig.

El concurso libre permite experimentar. Que es lo que les ha dado el premio a Les Netes de Rafelet, otro comercio clásico a la hora de recibir premios. De hecho, también han sido terceros en la modalidad tradicional y también han ganado el premio de escaparates. La propuesta de Toni Guillamón, hornero titular del negocio que regentan Mamen y Merche Clemente, las nietas de «Rafaelet», está formada por «Pan de Cristal con Semillas, Pan de Hamburguesa Especial y dos creaciones nuevas: Pan de Harina de Algarroba con Chocolate y Pan Capucchino». El primero emplea una harina, la de algarroba, poco utilizada, pero que marida especialmente bien con el chocolate. El segundo es un pan sin agua, en el que se emplea con café y nata. Dos panes para desayuno u hora del té.