La fiesta de Moros y Cristianos de la ciudad de València dio ayer el primer paso de su edición con el pregón, que corrió a cargo del jefe de sección de la concejalía de cultura Festiva, Josep Lluis Marín, quien destacó, refiriéndose a la fiesta que se trata de «una celebración relativamente joven, pero plenamente consolidada en el calendario festivo de la ciudad» y reflexionó que «los principales valores de la misma son los intangibles y que, en una sociedad de cambios, en las que las tradiciones se ven sustituidas y amenazadas por las tendencias, donde las franquicias invaden los centros de las ciudades, continuamos celebrando fiestas que se fijan en nuestras raices, entorno y cultura. Esa es la virtud de fiestas como ésta». A la vez que desveló que esta fiesta «con formatos y rituales diversos», se celebra «no sólo en España sino en Europa y en zonas de América y en la actualidad se extiende incluso a países como Australia, Nueva Zelanda, Turquía, Filipinas o Santo Tomé y Príncipe, hasta llegar a los cinco continentes». También destacó la paradoja de que la fiesta, en esta ciudad, «no tiene continuidad de celebraciones en una antiguedad lejana ni tiene vinculación con ningún patronazgo, como ocurre en otras poblaciones del territorio morocristiano. Nace de un carácter plenamente cívico: la conmemoración del Nou d'octubre».

Los actos empezarán el día 6 (con la apertura del mercado medieval junto a las torres de Serranos y las «embaixades de la Conquesta» en el mismo espacio) y se extenderá hasta el 12, con el plato fuerte del desfile el 9 por la tarde.