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Candidatas a Fallera Mayor

Marcada por la toga y el cuatro

«Por los dos lados. Por una bisabuela materna y un bisabuelo paterno». Dos pelirrojas se presentaban este año y una, Susana Yagüe, pasa al libro de ilustres. Y, finalmente, la cifra fue clave. En julio recordaba que su prima, Virginia Yagüe, llevaba en las pruebas para la corte de 2010 el número cuatro. El que llevó ella misma en la preselección de Russafa. Ahora, en las pruebas de septiembre, a ella le tocó el poco prosaico 72. Pero... «salí elegida en cuarta posición». El lunes empezaron las entrevistas y las pruebas... «y debía haber iniciado el master de abogacía». La perspectiva es, a partir de ahora «compaginarlo mientras pueda. Enterarse de lo que se ha hecho cuando no esté... esforzarme todo lo que pueda» y después, tener capacidad de convicción para ejercer profesionalmente. «Me preparado para ejercer, pero el tiempo dirá. Enfrentarte a un buen abogado debe ser muy difícil, pero hay que aprender, sí o sí». De su profesión reconoce que le ha marcado su experiencia con los casos «de menores y la importancia de educar en casa. Si ya están en un juzgado cuando tienen quince años, ¿qué pasaría cuando tengan treinta?». Joven y sobradamente preparada, reconoce que «soy totalmente bilingüe». Toda su educación ha sido en inglés, desde el colegio a la carrera.

Tiene 23 años, hará 24 en el lejano mayo y a la corte promete aportar «tranquilidad y diversión. Bueno, sobre todo diversión». Y siempre en y de Peris y Valero-Cuba. Allí al final, final, de la calle. «Es el barrio que más ambiente tiene. Con una falla en cada cruce. Tenemos las luces al alcance de la mano, vemos quemar una de Especial desde donde estamos... y la gente no nos molesta. Mejor imposible. No nos sabe mal tenerlos al lado. Todo lo contrario». Ellos hacen la historia con falleras. Con ella ya son siete desde 1982.

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