Uno de los proyectos de mayor envergadura aprobados este viernes por la ciudadanía, a través de los presupuestos participativos, es el de la reforma del Paseo de la Alameda, con la eliminación de las plazas de aparcamiento en su zona central y la construcción de un carril bici. No obstante, esta propuesta ya está generando la preocupación, e incluso la indignación por parte tanto de los vecinos y vecinas de la zona como de la gente que suele trabajar, y aparcar, allí cada día, tal como pudo comprobar ayer Levante-EMV. La respuesta general, cuando se pregunta por esta cuestión, es «me parece fatal», tras lo cual cada uno alega sus motivos.

Por ejemplo, Marc Barberá, gerente de uno de los bares de la zona, y que, como tantas otras personas, acude al Paseo de la Alameda y sus alrededores a trabajar cada día, dice que «ya es una zona bastante complicada para conseguir aparcar». Y agrega que «deberían pensar en todo el mundo», con este tipo de acciones.

Mientras tanto, Beatriz Tarazona, vecina del propio Paseo, decía: «A mí no me parece bien. Es una zona ya muy complicada para aparcar, además abarca muchos actos públicos. Los vecinos nos veremos perjudicados». Y tampoco ve necesario «crear un carril bici aquí».

Algo similar opinan aquellos que llegan desde otros municipios, como Pilar, de Xirivella: Me parece fatal que quiten el aparcamiento. Solo piensan en la gente que vive aquí y no de todos los que solemos venir de fuera».

Ayer, ante esta problemática, Joan Ribó ya matizaba que se buscarán alternativas: «No digo que se tenga que eliminar, a lo mejor se puede poner en otro lado», decía respecto al aparcamiento. Posteriormente, preguntada por este periódico, la concejala de València en Comú, valoraba «muy bien» esta reforma y planteaba generar alternativas «como aparcamientos en altura», algo poco explotado aún en la ciudad.