La Reial Senyera, la bandera de València y de la Comunitat Valenciana, ha recorrido este martes las calles del centro de la ciudad en la tradicional procesión cívica, que este año se ha caracterizado por el amplio dispositivo policial que no ha impedido que en determinados puntos una parte del publico abucheara a las autoridades.

La Real Senyera ha bajado a las 12 horas desde el Museo Histórico Municipal para iniciar después la procesión cívica del 9 d'Octubre por el siguiente itinerario: plaza del Ayuntamiento, calle San Vicente, plaza de la Reina, calle La Paz hasta Alfons el Magnànim.

La Senyera ha completado el recorrido hasta el Parterre entre aplausos a la enseña, por un lado, y abucheos a los políticos. La lluvia ha dado tregua en la procesion cívica, aunque el Senyera-móvil escoltaba a la bandera, portada por Sandra Gómez, en todo el recorrido. La portavoz socialista ha destacado el orgullo de ser este año la portadora de la bandera, de 18 kilos de peso.

Furgonetas antidistubios de la Policía Nacional estaban apostadas en las inmediaciones de la plaza del Ayuntamiento, además de un autobús atravesado en la calle Marqués de Sotelo junto a la de Xàtiva para prevenir incidentes, mientras que decenas de agentes formaron con el mismo fin un cordón de seguridad en torno a la Senyera y a las primeras filas de autoridades durante todo el recorrido.

Después se ha realizado una ofrenda de coronas de flores ante la estatua del rey Jaume I. Finalizada la ofrenda, se ha retomado por la calle Pintor Sorolla, calle de las Barcas y vuelta a la plaza del Ayuntamiento. Después ha tenido lugar la subida al balcón municipal de la Senyera y la entrega en el archivo municipal. Posteriormente, se ha disparado una mascletà.

A lo largo de todo el trayecto de la procesión se pudo observar numerosas senyeras y, en menor medida, banderas españolas portadas por ciudadanos que dieron el punto de color y festivo, aunque respecto a otras ediciones este año destacaba la ausencia de pancartas y simbología de grupos de extrema derecha.

No obstante, en determinados puntos del recorrido los ciudadanos hicieron sonar silbatos, abuchearon e insultaron a las autoridades, aunque en ningún momento pasaron de la agresión verbal, y también hubo banderas carlistas y tradicionalistas.

Un grupo de bomberos forestales, en huelga desde hace unas semanas para reivindicar la equiparación salarial, también hicieron patente su protesta, con gritos y pitada al paso de las autoridades autonómicas.

En la vuelta de la Senyera al Ayuntamiento, un grupo de jóvenes con camisetas negras pero sin identificación partidaria intensificaron en la calle del Pintor Sorolla el acoso verbal y los insultos, aunque unos policías les hicieron un marcaje separándolos del público y cerrándoles el paso a la altura de la calle del Poeta Querol.

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, ha destacado al finalizar la procesión cívica la normalización progresiva de esta celebración. La portadora de la Senyera, Sandra Gómez, ha manifestado por su parte al finalizar el recorrido, que ha durado justo una hora y medio, el orgullo y la emoción de este día, en el que se han escuchado pitos y protestas contra los políticos durante casi todo el recorrido.

Uno de los comentarios que más se ha escuchado durante la procesión ha sido el mal estado en que se encuentra la bandera. La concejala de Cultura, Gloria Tello, ha informado de que recabará informes técnicos para determinar si la Senyera puede salir otro año más en las condiciones actuales o hay que adelantar su restauración, sin esperar a la reforma del Museo Histórico donde está depositada durante todo el año.