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Restauración

El rojo 'Torre Eiffel' vuelve a los tinglados

La restauración estructural del Tinglado 2 entra en su recta final tras haber reforzado la cimentación y las fachadas y "cosido" las grietas

Las obras de rehabilitación del Tinglado 2, que se iniciaron el pasado 24 de mayo, entran en su recta final, y la previsión es que el próximo 24 de octubre estos antiguos almacenes portuarios de estilo modernista vuelvan a la vida ahora convertidos en el «ágora», la gran plaza, de la Marina de València.

Las obras, adjudicadas a la UTE Bertolín-Martín Casillas, según el proyecto del despacho Arkitera, han supuesto una intervención de consolidación estructural de calado dado el mal estado en el que se encontraba la cimentación del edificio.

En la intervención se ha recuperado estructura de hierro y hormigón y las vidrieras, así como los muros interiores, que presentaban preocupantes grietas. El edificio tenía graves problemas de cimentación y literalmente «se estaba abriendo», explican a este diario responsables de la restauración.

Para evitar que el Tinglado colapsara se han colocado unos tirantes de acero en las fachadas, que la ornamentación camufla, y se han cosido y saneado las fisuras y grietas. En esta consolidación estructural del edificio se han restaurado las vigas y cerchas interiores, que se sometieron a un proceso de limpieza en seco con chorro de silicato.

El uso de este producto obligó a rodear con lonas todo el tinglado para evitar daños a los barcos y vehículos del entorno. La estructura de hierro que sustenta el almacén, dañada por los excrementos de paloma, fue sometida a un análisis de color en el laboratorio de la Universidad Politécnica, donde se determinó que su color auténtico era rojo óxido, como el de la «torre Eiffel», un tono que ahora se ha recuperado.

En la restauración se han recuperado las vidrieras, de cristal y madera de pino mobila, de las fachadas posterior y delantera, rotas y en muy mal estado y uno de los pocos elementos originales que se conservaron (aunque solo en una parte del edificio) tras los graves daños que sufrió el tinglado durante los bombardeos de la Guerra Civil, cuando el puerto de València fue objetivo bélico estratégico. La ruina del tinglado fue tal que tuvo que ser reconstruido en los años 50.

En los años 80, fue objeto de una primera rehabilitación. Como sus gemelos 4 y 5, que también serán restaurados, está declarado Bien de Relevancia Local. Las fotografías históricas de la Autoridad Portuaria de Valencia han hecho posible un proyecto de rehabilitación de gran rigor histórico.

Una vez consolidados los diques de Levante y Poniente (1886) del puerto surge la necesidad de resolver los problemas que generaban el trasiego de la mercancía para embarcar, tanto el acarreo, como el almacenaje y carga a las embarcaciones. Era necesario diseñar edificaciones portuarias para facilitar estas funciones próximas a las zonas de embarque, sobre la dársena.

En 1910, la Junta de Obras del Puerto convocó el concurso para construir la estructura metálica de los «depósitos 2 y 3» a ambos lados de la Escalera Real. El diseño de los almacenes se encargó a los ingenieros José María Fuster y Fausto Elio, uno de los ingenieros del plan general de Ensanche del Puerto (1910) y también de la Exposición Regional (1909). La ornamentación de los tinglados se inspiró en la arquitectura de este evento.

«La decoración de las fachadas de fábrica consiste en la fijación de medallones, escudos, pechinas, palmas y motivos alegóricos todo dentro del carácter de la época, sin llegar al límite modernista hoy imperante en la construcción y del cual no se puede en absoluto prescindir», dejó escrito Fuster. En los tinglados destaca así la decoración modernista, con relieves alusivos al comercio y la navegación y mosaicos cerámicos polícromos sobre temas valencianos (naranjas, uvas y otros frutos).

Tras su restauración, que ha contado con un presupuesto de 554.000 euros, el Tinglado 2 pasará a ser un gran espacio de encuentro y uso ciudadano, versátil y de calidad, y volverá a lucir su belleza original, en condiciones de seguridad, tras años apuntalado y en riesgo de desplome, y mejorará la conexión de la ciudad con la fachada marítima.

El Consorcio València 2007 ha encargado también la reurbanización del entorno, en la actualidad un aparcamiento sin regular, con una gran plaza arbolada de 12.250 m2, con juegos y zonas deportivas.

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