Si el balance del Govern de la Nau es positivo, la oposición se lo va a cuestionar, y mucho. El portavoz del PP, Eusebio Monzó, cree que los socios de gobierno «no han sabido entender las fortalezas de la ciudad». «València ha dejado de ser una ciudad cómoda y accesible, ha bajado en el ranking de ciudades atractivas para la inversión y el tripartito no ha sabido aprovechar la situación de bonanza económica de estos años y se ha dedicado a amortizar deuda en vez de invertir en los barrios». «Y con ello València ha perdido calidad de vida», opina Monzó, que defenderá para el futuro un plan de atención a la infancia, un plan de apoyo a la maternidad, libertad escolar, apoyo a las familias con riesgo de tener un hijo con discapacidad y ampliar el cheque escolar. También más limpieza, policía de barrio 3.0, un giro a la movilidad y más transporte público.

Por su parte, Fernando Giner, portavoz de Ciudadanos, reprochará al tripartito tener «una ciudad sucia, atascada y marcada por el sectarismo de Ribó», además del atasco de licencias, el Cabanyal o los problemas del turismo en los barrios. «Necesitamos una ciudad sostenible en todos los aspectos, donde sea fácil conciliar y tener hijos», resumió.