El Plan Municipal de Inmigración aprobado ayer en el pleno por el gobierno tripartito (Compromís, PSPV y València en Comú), con los votos en contra del PP y Ciudadanos, dejó en evidencia la distancia ideológica entre unos y otros en relación a situaciones como el «top manta».

Este plan incluye ubicar en un espacio concreto de la ciudad a estos vendedores ambulantes, para los que también se baraja la posibilidad de formar cooperativas. Y este fue uno de los principales motivos de rechazo esgrimidos por la oposición.

Para Ciudadanos, la creación de puntos de venta para los «manteros» genera competencia desleal en relación a los mercados extraordinarios y perjudica al pequeño comercio. Tampoco ve con buenos ojos la formación naranja el documento de vecindad previsto en el citado plan para los inmigrantes en situación irregular y que en opinión de Amparo Picó «carece de validez» y «genera falsas expectativas».

En la misma línea se pronunció el concejal del PP, Cristobal Grau, quien tras destacar que el citado plan carece de previsión presupuestaria tachó el documento de vecindad de «tomadura de pelo» y «operación cosmética».

«Es engañar a la gente y lo dijeron los manteros de Madrid», destacó Grau, quien añadió que el estatus de vecindad «se alcanza solo a través del padrón». El eslogan de «València ciudad refugio» está «vacío de contenido y se ha visto en la llegada del Aquarius», destacó Grau.

La concejala de Inmigración, Neus Fábregas, reprochó en este punto al PP, tras su alusión a la llegada del Aquarius a València el pasado mes de junio, que si de ellos dependiera los inmigrantes que llegaron en este barco «estarían en el fondo del mar».

Afirmación ante la cual, Grau exigió una rectificación a la concejala de València en Comú. El debate del plan de inmigración estuvo precedido por la intervención del portavoz de SOS Racismo y vicepresidente Consejo Migración, Papa Balla, quien afirmó que el Top Manta no perjudica al comercio tradicional, cuya verdadera amenaza, dijo, son las grandes cadenas. «Sobrevivir no es delito», destacó.

En defensa de la Policía Local

Las críticas de la oposición a Fábregas durante el pleno, que arrancó con un minuto de silencio por el fallecimiento de Carmen Alborch, arreciaron en el turno de las mociones impulsadas por PP y Ciudadanos ( tumbadas por el tripartito) en defensa de la Policía Local de València.

La oposición reclamó la revocación del reciente acuerdo del Consejo Local de Migración en el que se condenó la actuación de la policía local tras la detención de varios «manteros» en la calle Ribera el pasado 30 de septiembre.

El concejal del PP Alberto Mendoza reprochó el mensaje de «apoyo tibio» del alcalde, Joan Ribó a los agentes esta semana en el Día de la Policía Local e insistió en la revocación del acuerdo, «que criminaliza a la policía local» y la acusa de racismo institucional.

La edila de Cs Mª Dolores Jiménez instó a la concejala de Policía, la socialista Anaïs Menguzzato, a desmarcarse de la «extrema izquierda», en alusión a València en Comú, a lo que ella respondió reprobando a la oposición su «electoralismo» y su intención de «formar lío».

Menguzzato insistió en que el Govern de la Nau ha defendido a la Policía Local desde el primer momento y afeó a la oposición que no firmase su declaración institucional en apoyo a este cuerpo, que no pudo salir adelante.