València ha amanecido con los restos de una noche cada vez más festejada por los jóvenes, la de los muertos. A primera hora de esta mañana, los 'zombies' se agolpaban a las puertas de las principales discotecas a la espera de un taxi que les llevase de vuelta a casa. Halloween ha ganado adeptos en una ciudad que, unos años atrás, vivía situaciones de descontrol en algunos puntos como Ciutat Vella.

La experiencia es un grado, sobre todo en la previsión policial para este tipo de fechas en las que, como Nochevieja, hay masificación de gente y consumo de alcohol.

La Policía Local de València estableció anoche once zonas prioritarias de control, como el entorno de la Plaza de la Virgen, donde tradicionalmente se ha realizado la mayor concentración de gente consumiendo alcohol en la vía pública.

Fuentes del cuerpo policial han confirmado a Levante-EMV que la noche de Halloween se ha desarrollado sin incidencias destacables en todos los distritos de la ciudad.

El dispositivo de Halloween contaba con un total de 168 agentes que redactaron 28 actas por consumo de alcohol en la vía pública y realizaron 10 servicios humanitarios, es decir, asistencia a quienes se excedieron consumiendo alcohol. En una noche en la que fuentes policiales reconocen que "se bebe mucho", se produjeron ocho reyertas sin gravedad.

Para evitar que se conviertiera en un problema de orden público, se blindaron los principales espacios de la ciudad. Así, desde las diez de la noche empezó el control férreo del centro de la ciudad, especialmente la línea formada por las plazas de la Reina, Virgen y Carmen, escenario habitual de concentraciones juveniles. La Policía Local tenía la orden terminante de requisar las botellas de vidrio que llevaran consigo los transeúntes disfrazados. Se trataba de evitar que se convirtieran en armas blancas en caso de una posible reyerta cuando pasan las horas. También se puso especial celo en otras zonas de la ciudad, hasta trece, en las que se han detectado concentraciones humanas, especialmente los que buscaban un plan alternativo ante las pocas posibilidades de hacer fiesta en el casco antiguo.

Las zonas de discotecas también fueron vigiladas y al control de bebidas se unieron controles de alcohol y drogas. En cualquiera de los casos, lo que se pretendía era transmitir la sensación de que la fiesta fuera de carácter familiar, mucho más que un botellón.

Tras episodios dramáticos vividos en otros años (caso Madrid Arena), los registros a locales para comprobar el aforo en locales nocturnos se ha convertido en una costumbre en días con previsión de grandes aglomeraciones . Esta noche, la Policía Local de València ha registrado 25 pubs y discotecas sin incidencias, todos cumplían con el aforo legal.

A las 6.15 de la madrugada se establecía el último control con 7 unidades. En él, se han registrado un total de siete alcoholemias positivas, de las cuales dos suponían un delito penal.