El futuro centro de acogida temporal de inmigrantes, cuya ubicación está prevista en la plaza Federico Mayo del barrio de Ayora sigue contando con la oposición frontal de los vecinos y vecinas de la zona. El proyecto, que ya se paralizó el pasado verano, precisamente, por el rechazo vecinal, se reabrió en octubre anunciando su apertura en los próximos meses.

Varios integrantes de la plataforma Marítim-Ayora matizaban a Levante-EMV que no se oponen al proyecto en sí, sino a la ubicación prevista para este en el centro de una plaza que es una especie de patio interior y en un edificio de finales de los años 40 que necesitaría «de una rehabilitación integral» y no de «un lavado de cara» para poder albergar una instalación de este tipo.

Reclaman que este lugar «no cuenta con un informe de Bomberos ni de Policía» que acredite que en él puede vivir gente con las mínimas condiciones de seguridad. Cabe matizar, además, que el acceso a esta plaza se produce por una especie de pasaje entre las fincas de escasa altura y anchura donde «no cabe un camión de bomberos». De hecho, recuerdan episodios vividos en las propias viviendas donde la extinción de un incendio en el pasado fue más que complicada. Y piden que la plaza sea renovada, pues presenta un considerable desgaste.

«Nos acusan de racistas, pero aquí convivimos todo tipo de etnias y religiones sin problemas", indican desde la plataforma par añadir que han pedido por diversos medios reunirse con Joan Ribó para plantearle alternativas y para que visite in situ el edificio y compruebe que «no está en condiciones de albergar a nadie».

Ellos proponen que el proyectado centro se ubique apenas a unos metros de allí, en la calle Jerónimo de Monsoriu, concretamente en el renovado Centro Social del Grau donde «hay varias plantas ahora sin uso». Y van más allá, «para nosotros una actitud racista es poner a la gente en cualquier lado para hacerse la foto».