Un trabajador de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) y exjefe de mantenimiento ha presentado una demanda por acoso laboral contra los responsables del recinto cultural, Enrique Vidal (director general), Ascensión Gil (directora técnica) y Francisco Llopis (jefe del área de ingenería).

El denunciante trabaja en Cacsa desde enero de 2001 y su último cometido fue el de responsable de la sección de mantenimiento. Actualmente se encuentra de baja laboral.

Los problemas, según relata en su denuncia a la que ha tenido acceso Levante-EMV, comenzaron en diciembre de 2015 cuando se produjo «un ataque directo a mi trabajo, con el objetivo de que cediera en mi empeño de hacer cumplir el contrato público de mantenimiento integral de Cacsa» que incluye la zona de instalaciones, jardinería y limpieza de lagos, que se adjudicó por 1,6 millones de euros a la unión temporal de empresas Monrabal-Edifesa.

Según el trabajador, sus reiteradas denuncias sobre que la UTE no realizaba adecuadamente su servicio fue recriminado de forma agria y despectiva en reiteradas ocasiones por la directora que le llegó a afear que quisiera hacer cumplir «hasta las comas del contrato». Durante varios meses de 2017, los responsables de Cacsa la retiraron las competencias de control sobre la contrata y se le «impidió tener interlocución directa con la unión temporal de empresa». Una situación mucho más delicada se produjo cuando el contrato con la UTE llegaba a su fin y Cacsa debía decidir si lo prorrogaba o convocaba un nuevo concurso. A pesar de estar apartado de sus funciones, el denunciante asegura que «me relegaron la responsabilidad de dicho contrato el 13 de febrero de 2018, porque nadie quería asumir su renovación» y que finalmente se ha prorrogado un año.