Por la perfecta coincidencia de la peculiar forma exterior de la oreja. Esa ha sido una de las claves en las que se ha basado el grupo de Robos de la UDEV de la Jefatura Superior de Policía de València para identificar al presunto autor material del espectacular robo cometido en la madrugada del pasado 23 de julio de este año en el Marina Beach Club de València. Se trata de F. F. V. I., un joven de 27 años y nacionalidad española, aunque nacido en Miami (EE UU), con antecedentes por malos tratos, que había trabajado en el citado establecimiento de la Marina de València entre el 10 de abril y el 31 de agosto de este año.
El otro arrestado es J. R. D. G., de 26 años y nacionalidad colombiana, quien trabajó como encargado del personal de discoteca de Marina Beach hasta que decidió dejar voluntariamente el establecimiento, semanas después del robo.
Ambos fueron puestos a disposición de la juez de Instrucción número 12 de València, que ha dirigido la investigación, el pasado viernes. Tras la comparecencia de los acusados, la jueza dictó libertad provisional para ambos, pese a que, en el caso de J. R. D. G. la Fiscalía había solicitado prisión dadas las pruebas presentadas por la Policía Nacional en su contra.
En cuanto al otro arrestado, el presunto autor material del robo, F. F. V. I., acudió al juzgado representado por el letrado Daniel Sánchez. En su caso, la fiscal ni siquiera pidió prisión, por lo que salió en libertad tras la comparecencia.
24 llamadas en esa noche
Según consta en el atestado policial remitido al juzgado, una de las principales pruebas contra el encargado del personal de discoteca fueron las 24 llamadas que se cruzó la noche del robo con un número de teléfono desde un móvil que, al parecer, fue dado de alta con una identidad inexistente con la única finalidad, presuntamente, de utilizarlo esa noche. De hecho, el teléfono dejó de tener actividad a partir de ese momento.
Las investigaciones policiales han podido determinar que el teléfono con el que se comunicó 24 veces el ahora detenido supuestamente le pertenecía también a él, si bien se lo habría prestado al otro investigado, que fue empleado a sus órdenes en el Marina Beach durante el pasado verano.
Además, la policía aporta un análisis pormenorizado de lo que califican como «recorridos anómalos» por el interior del local «en actitud observadora y portando el teléfono en la mano», entre las 3.37 y las 5.48 horas de esa madrugada, precisamente el tramo en el que, tal como permiten ver las cámaras de seguridad, entra el autor material y se esconde hasta cometer el robo, entre las 4.02 y las 6.07 horas.
Esas grabaciones son las que han utilizado los investigadores para aislar una imagen y realizar el estudio comparativo entre la oreja del ladrón que captaron las cámaras del Marina Beach y la del sospechoso, a partir de la ficha policial de su anterior detención. En ambas, el hélix baja en línea recta, cuando lo habitual en una oreja estándar es que se curve hacia el exterior.
