El Ayuntamiento de València, como responsable último de la licencia de actividad de la depuradora de Pinedo, descarta el cierre de la misma «porque supondría un desastre medioambiental incalculable» según el concejal delegado del Ciclo Integral del Agua y presidente del Emshi, Vicent Sarrià. Tras la decisión de los vecinos afectados de trasladar al juez que ejecute la sentencia de principios de 2017 que obliga el cierre de las instalaciones, el consistorio explicó ayer que cuando llegue el requerimiento comunicarán al magistrado «la imposibilidad de cumplir con el dictamen por razones de fuerza mayor». «Simplemente no es posible hacerlo».

El concejal aclaró que el Ayuntamiento de València no es el propietario de las instalaciones y que la administración última responsable es la Conselleria de Medi Ambient, pero como la depuradora está en el término municipal de la ciudad, «tenemos la responsabilidad de aprobar la actividad de la misma». Sarrià recordó que la planta de Pinedo es «una instalación supramunicipal» que da servicio a 59 municipios de l'Horta Sud, incluida València. «Imaginen lo que supondría verter al mar todos esas aguas fecales».

En la actualidad la depuradora la gestiona la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas dependiente de Medi Ambient, y lo hace como consecuencia «de una gestión chapucera» del PP. El edil socialista también responsabilizó al anterior ejecutivo de no elaborar un Plan Especial para la depuradora, que es el que ahora dará cumplimiento a la sentencia y aportará las soluciones para minimizar el impacto y que costará «decenas de millones de euros».

Cuestionado sobre si se había ofrecido el realojo de los 18 propietarios afectados, que viven junto a un hedor insoportable y otra serie de molestias ocasionadas por la depuradora, Sarrià dijo que desconoce si esa opción está sobre la mesa. Sin embargo, por el alto coste de «varias decenas de millones de euros», parece que será una de las opciones más probables, aunque el edil en ningún momento lo valoró. «Los propietarios están hartos y es normal», reconoció.