El Ayuntamiento de València avanza hacia la regulación de los vehículos compartidos sin necesidad de base en la vía pública. Tras reunirse con varios representantes del sector (CarGreen, Koko, Lime y Tier), el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, explicó ayer que la tasa por uso de la vía pública podría situarse entre los 20 y 30 euros al mes por vehículo, en el caso de carsharing, y mucho más económico si hablamos de motos, bicicletas o patinetes.

Los cálculos estimatorios (y por lo tanto susceptibles de cambios) que realiza Hacienda se fundamentan en el espacio que ocupan en la vía pública, con tres precios de referencia: lo que pagan actualmente los servicios de restauración por mesas y sillas en sus terrazas, lo que cuesta la zona azul (solo aplicable al carsharing) y lo que vale el metro lineal de un vado. Así, se ha empezado a hablar de que el espacio que ocuparía un coche podría partir de los 20 euros y llegar hasta los 30. Si en una plaza de automóvil caben unos 14 patinetes, estos abonarían 1,4 euros al mes por unidad si partimos del precio base. En ese mismo espacio es fácil que quepan unas cinco o seis motos, cuyo precio se elevaría a 4 euros al mes.

Lo cierto es que las ciudades tratan de regular a marchas forzadas este nuevo fenómeno de movilidad. Así Barcelona dio luz verde la semana pasada a la tasa para los servicios de motocicletas y bicicletas compartidos de iniciativa privada, que será de 71,51 euros por vehículo y año. Además prevé fijar un límite de 6.000 licencias (2.500 para bicicletas y 3.500 para motos eléctricas) en una regulación que entrará en vigor ya en 2019. De los patinetes aún no se conocen cifras.

A priori el impuesto que quiere sacar adelante el «cap i casal» será mucho más económico que el de la Ciudad Condal. Una moto en València podría rondar los 60 euros anuales y en Barcelona sería 71,51 euros. En ese sentido, el concejal de Hacienda explicó que el objetivo «no es recaudatorio, sino de regulación de este nuevo modo de transporte».

Mientras en València ya existen cinco servicios de motosharing funcionando (y a las que se les podría cobrar una vez el nuevo impuesto pase por el pleno), las empresas de coches compartidos están a expensas de que se apruebe la tasa para iniciar su actividad (fundamentalmente con mucho interés de la valenciana CarGreen), entre otras cosas porque precisan disponer de autorización para aparcar en zona azul. Por su parte, las compañías de patinetes esperan además la aprobación de la nueva ordenanza de movilidad, en la que se regulará su uso por las calles de la ciudad.

Ahora falta que las tres concejalías implicadas en el asunto (Hacienda, Espacio Público y Movilidad) se coordinen para sacar adelante estos servicios. Hacienda ha de proponer la tasa, pero ésta no estará a punto hasta que Espacio Público realice una ordenanza específica o instrucción transitoria con la que concederá la licencia de actividad si se cumplen todos los requisitos. Entre ellos, indican, está el del número máximo de vehículos que podrán operar en las calles según el tipo, una cifra que ha de determinar Movilidad Sostenible, el otro servicio implicado. «Si Espacio Público y Movilidad avanzan rápido, las tasas podrían estar aprobadas con mucha rapidez, porque ya tenemos todos los precios de referencia», explica Vilar.

La intención del Ayuntamiento de València es conceder licencias por cuatro años con opción de prorrogarlas otros dos años más, un periodo «en fase experimental» para este tipo de servicios que se evaluaría una vez cumplido este tiempo para determinar si se continúa con el mismo sistema de autorizaciones o se realiza algún tipo de licitación.

Dos de las empresas reunidas con Vilar, CarGreen (coches eléctricos) y Koko (patinetes eléctricos), se mostraron satisfechas con los avances, pero pide celeridad al ayuntamiento para avanzar en la normativa y aprobación definitiva. «Tenemos claro ya lo que quiere el ayuntamiento, ahora falta que nos marquen tiempos de puesta en marcha de nuestros servicios y autorizaciones», señaló Oriana Circelli, codirectora de Koko. Alejandro Villamuera, de CarGreen, asegura que falta por conocer «qué capacidad de flota tiene València, que esperemos que el ayuntamiento resuelva cuanto antes»