El Consorcio Valencia 2007 también inició ayer el proceso para reconvertir una de las bases deportivas de la Copa del América en desuso en un centro de biotecnología. La comisión delegada del Consorcio, a instancias de Biohub VLC, aprobó el inicio de los trámites para la concesión de uso de la base 5 (la del Team New Zeland) con el fin de instalar un centro empresarial biotecnológico y farmacéutico por un periodo de diez años.

Tal como avanzó este diario, detrás de Biohub está la firma valenciana de asesoramiento financiero Ética Patrimonios, que lleva meses buscando un espacio en la Marina de València. El objetivo de este centro, que ocupará una de las bases sur, es ayudar al crecimiento de compañías de biotecnología que ya están maduras. Los responsables de BioHub tienen previsto invertir entre dos y tres millones en el proyecto.

El proyecto confirma el interés y la capacidad de atracción de la Marina de València como polo de empresas tecnológicas e innovadoras, con Lanzadera, la aceleradora de startups fintech (empresas financieras de base tecnológica) Bankia by Innsomnia y el centro de ciberseguridad de Telefónica como ejemplos.

El Consorcio abrirá ahora un proceso de presentación de ofertas por si hay más empresas interesadas en presentar propuestas para el centro tecnológico. Todas las concesiones del Consorcio están sujetas a concurrencia pública, aunque las inste una empresa concreta.

Ayer se adjudicó, tras superar un controvertido concurso, La Estación Marítima a Fosbury and Sons. La propuesta de la empresa belga, con sedes en varias ciudades europeas, es «generar un ambiente de trabajo abierto, atractivo y adaptado a la economía del siglo XXI, que aporte valor a emprendedores, trabajadores, nómadas digitales, creativos, startups y grandes empresas». La propuesta de Fosbury incluye eventos culturales y espacios gastronómicos.