El Hotel de cinco estrellas Sidi Saler, cerrado desde hace siete años, podrá reabrir después de que el Ministerio de Medio Ambiente haya otorgado a sus actuales propietarios (BBVA y Caixabank) la concesión de uso que solicitaron por 60 años en 2016. Fuentes del Ministerio de Medio Ambiente confirmaron a este diario, que la concesión ya ha sido «otorgada» y «aceptada» por los solicitantes, que revalorizan así esta infraestructura hotelera de ubicación privilegiada en pleno corazón del Parque Natural de la Devesa. El hotel, en su día emblema del lujo, quedó dentro de la línea del deslinde de Costas en 2007 y pasó a manos del Estado.

Medio Ambiente ha comprobado que concurren las circunstancias exigidas por la normativa de Costas «para convertir los anteriores derechos de propiedad de esta infraestructura en derechos de aprovechamiento», tras quedar el hotel dentro de la zona de dominio público marítimo-terrestre.

Después de los trámites de información pública y tras analizar la documentación aportada al expediente «se ha comprobado que se cumplían las condiciones requeridas por la ley para otorgar una concesión del régimen transitorio, por lo que se han sometido a la aceptación del interesado las condiciones de la concesión y, tras su aceptación, se ha formalizado su otorgamiento». Así lo explicaron a este diario fuentes del ministerio, que apuntan que la concesión puede ser rescatada en un momento dado.

Medio Ambiente subraya que «el otorgamiento de la concesión no es una cuestión discrecional, sino una obligación del ministerio cuando se cumplen los requisitos legales y sin perjuicio de las restantes autorizaciones o licencias que el interesado tuviera que obtener de otras administraciones».

La incorporación de terrenos privados al dominio público marítimo-terrestre implica la eliminación del derecho de propiedad sobre los mismos. En estas situaciones, la Ley de Costas de 1988 contempla la obligación de la Administración General del Estado de convertir los derechos de propiedad en derechos de aprovechamiento, abunda el ministerio. Esta conversión se traduce en concesiones transitorias de usos y aprovechamientos. Concesiones que «siguen un procedimiento reglado» y cuyo otorgamiento constituye «una obligación» para la Administración siempre que se cumplan los requisitos legalmente establecidos. Las concesiones , aclara el ministerio, se otorgan por los usos y aprovechamientos existentes a la entrada en vigor del deslinde, en el caso del Sidi, el hotelero.

La concesión estatal al Sidi allana el camino a los dueños del hotel. Sin embargo, su reapertura requerirá, además de las licencias municipales, una fuerte inversión para reformar el edificio, construido en los años 70. El Ayuntamiento de València, gobernado por Compromís, PSPV y València en Comú, no parece dispuesto a ponerlo fácil. El ayuntamiento ya informó, al inicio de la tramitación de la concesión, en contra de la misma advirtiendo de que el edificio está fuera de ordenación y exigiendo su derribo para regenerar el cordón dunar del Saler.

El hotel, ubicado en primera línea de playa del Parque Natural del Saler fue construido en 1970 sobre terrenos privados. En 1986, el paraje donde se ubica fue declarado Parque Natural y, en 2007, se aprobó el deslinde que incorporó los terrenos a dominio público marítimo-terrestre. Tras la liquidación del grupo Sidi Hoteles, el hotel del Saler pasó a manos del BBVA y Caixabank.

Con la concesión aprobada, los bancos revalorizan el hotel «fantasma» de cara a un traspaso y eventual reapertura. El gobierno municipal ha solicitado, de manera infructuosa a tenor de la concesión, que Medio Ambiente denegara la concesión y procediera a la expropiación y derribo del hotel como hizo con la fábrica Plexi, dando un paso más en la regeneración de la costa.