La versión definitiva del Plan de Acción Territorial de la Huerta aprobada el viernes por el Consell, tras tres años de tramitación en los que ha sido obligado buscar consensos con los municipios afectados, protege 11.000 hectáreas de huerta y frena el crecimiento urbanístico sobre este espacio desclasificando 1.500 hectáreas que se iban a urbanizar en municipios como el Puig, Albalat dels Sorells, Alboraia, Catarroja y València.

El plan abre la mano a nuevos usos terciarios (restauración, turismo rural y ocio) que permitan compatibilidad la actividad productiva con la conservación de los valores de la huerta. El plan destaca como principales problemas del campo la falta de rentabilidad y viabilidad, el envejecimiento de los agricultores, la ruptura de la conectividad ecológica, la contaminación de la aguas, la degradación del patrimonio y la falta de conciencia respecto a los valores de la huerta.