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Obras

Infraestructuras instará a Alsa a hacer reformas en la estación de autobuses

La conselleria avanza que mantendrá una reunión con la concesionaria próximamente para establecer un plan de mejoras de las instalaciones

La fachada de la estación de autobuses de València. eduardo ripoll

La renovación y reacondicionamiento de la estación de autobuses parece que está un poco más cerca. Así se deduce de la respuesta de la Conselleria de Infraestructuras y Obras Públicas a las preguntas de Levante-EMV tras la publicación, el pasado domingo, de una información en la que se ponía de manifiesto el estado de degradación de unas instalaciones que en 2020 cumplirán ya 50 años.

De este modo, fuentes de la conselleria avanzan que «próximamente se mantendrá una reunión con el concesionario de la estación (la empresa Alsa) para establecer un plan de mejoras». Por tanto, y aunque no lo indica expresamente, el organismo público reconoce que el estado actual de estas instalaciones es bastante mejorable. Es más, argumenta que «las exigencias de mantenimiento de esta infraestructura no son las mismas en la actualidad que hace 50 años cuando se adjudicó la concesión». Eso sí, obvian que desde entonces se han producido varias renovaciones e incluso un cambio en la empresa concesionaria, pasando así a manos de Alsa hace unos años.

Como pudo observar este periódico en una visita reciente, el desgaste tanto en la fachada, como en diferentes elementos de su interior, es evidente. Así, es frecuente encontrarse con paredes desconchadas, con plantas que brotan incluso de ellas o con ventanales plagados de excrementos de paloma. Y con otros que carecen incluso de cristales.

Sin olvidar el escaso mantenimiento de los baños donde una botella de agua rellenada de gel y un rollo de papel del baño actúan como únicos elementos de higiene para la gran cantidad de usuarios que los utiliza a diario.

A esto hay que añadir el hecho de que los locales comerciales se han ido abandonando, por lo que en la actualidad la práctica totalidad de ellos están cerrados. Una posible actuación en la estación podría revertir, precisamente, esta situación, pues como indican algunos comerciantes que todavía están presentes allí la ubicación es muy buena, por allí circulan cada día gran cantidad de potenciales clientes, pero el estado actual de las instalaciones no anima a invertir en ellas.

La Conselleria también argumenta que revisa regularmente el estado de conservación en relación con la seguridad de la infraestructura y las exigencias mínimas de limpieza, pero matiza que «se tiene que adecuar a las condiciones del contrato de concesión que son de hace 50 años».

CC OO reconoce el abandono

Desde los sindicatos también son conscientes del pésimo estado de la estación. De este modo el Delegado de Auto Res en Comisiones Obreras, Rafael Retamero indica que «las instalaciones están muy abandonadas» y habla de una necesaria reforma, pero afirma desconocer el estado actual de la concesión así como si hay algún plan de renovación sobre la mesa.

Los vecinos piden participar

Entre los grandes afectados por el estado mejor o peor de la estación de autobuses están, lógicamente, los usuarios habituales, pero también los vecinos. En esta línea, el portavoz de la Asociación de Vecinos de Campanar, Pepe Benlloch, agradece que la Conselleria haya mostrado su predisposición por mejorar la situación, pero pide que se cuente con ellos: «Se habla mucho de participación ciudadana pero muchas veces en cuestiones importantes como esta no se nos tiene en cuenta». Él plantea que se pregunte tanto a los vecinos de Campanar, como a los de Tendetes y Marchalenes para que indiquen «qué opinan y que querrían hacer ahí, que pulsen la opinión de la gente». También habla de otras medidas como llevar a cabo cuestionarios entre los propios usuarios para que la futura estación, se haga lo que se haga con ella «responda a las necesidades de los vecinos y de la gente que la usa frecuentemente».

De momento, la empresa concesionaria, Alsa, mantiene el silencio sobre todas estas cuestiones. Y, mientras se produzca la reunión y la toma de decisiones con Conselleria, la estación sigue manteniendo un aspecto envejecido y deteriorado que, en palabras de un usuario «no se corresponde a una gran ciudad como es València».

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