«Nosotros tenemos varios presupuestos adjudicados y no podemos hacerlos porque no nos dan la licencia». Con estas palabras resume su situación un pequeño empresario de la construcción que está viviendo en primera persona el atasco que existe en el Ayuntamiento de València.
Según dice, en tiempos anteriores este tipo de trámites se resolvían en 4, 5 o 6 meses, pero ahora estamos hablando de 10,12, 13 meses», es decir, el doble de tiempo.
En su caso, concretamente, ha estado pendiente más de un año de una licencia para pintar una fachada, y eso, unido al retraso de otros proyectos, ha tenido consecuencias graves. Según dice, sus cinco trabajadores han tenido que irse temporalmente al paro y encima si ahora le dan una licencia para pintar una fachada se encontrarán con que los vecinos no quieren que empiecen hasta después de Navidad, lamenta.
Este empresario no entiende cómo es posible que se acumulen los expedientes de esta manera. En su opinión, «los aparejadores se lo dan todo masticado al ayuntamiento». Pero parece que «hay que presentar planos como si fuéramos a hacer una catedral».
Declaraciones responsables
El problema es igual para reformar una casa, que un local, que una fachada. Y la consecuencia es que «la gente no se espera». En el caso de las fachadas no vale aprovecharse del silencio administrativo y en el caso de las reformas, en las que sí es posible actuar cuando no hay respuesta de la administración, el problema es la incertidumbre, el miedo a la paralización de la obra por desajustes con los inspectores o, lo que es peor, un accidente laboral, cuyas consecuencias son impredecibles en estos casos.
«Todo parece indicar que el ayuntamiento se está dedicando a trazar calles y se ha despreocupado de estas pequeñas cosas. Y a día de hoy las empresas estamos hartas, porque se está perdiendo trabajo y al final nosotros somos trabajadores normales que tenemos que mantener a nuestras familias. Si ahora se tienen que ir cinco trabajadores al paro, estamos hablando de cinco familias que se quedan sin esos ingresos», lamenta.
